| Alina M. Lotti y María de las Nieves Galá
Salario insuficiente, incomprensión de las administraciones, deterioro de las instalaciones escolares, reiteradas visitas de inspección, papeleo excesivo, insatisfacción con las evaluaciones, poco reconocimiento social e insuficiente apoyo por parte de la familia son, en sentido general, algunas de las causas que en la actualidad inciden en el éxodo de los maestros en las escuelas.
Lo anterior lo pudo constatar Trabajadores en la investigación periodística realizada en diferentes territorios del país a fines del curso pasado. Esto propició el encuentro con dirigentes sindicales del sector a fin de conocer su visión y las perspectivas para resolver un problema sobre el cual ellos tienen mucho que aportar.
“Hoy el éxodo afecta la calidad de la educación y los resultados que queremos alcanzar”, afirmó a propósito del tema Ismael Drullet Pérez, secretario general del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación, la Ciencia y el Deporte (SNTECD). Apuntó que el sindicato está obligado a hacer aportes en ese sentido, pues el asunto no solo concierne al Ministerio de Educación (MINED). “La cobertura docente requiere de una política integral y en ese sentido se trabaja”.
Desde su punto de vista no es necesario hacer un gran estudio para tomar decisiones con el objetivo de atender mejor a los maestros —lo cual implique un mayor reconocimiento social—, y consideró la importancia de continuar estimulando la permanencia, sobre todo de aquellos que están frente al aula.
Comentó que el MINED se ha propuesto para el presente período lectivo realizar transformaciones dirigidas a flexibilizar el horario escolar, perfeccionar los programas de estudio, así como otras normativas, para lo cual ha tenido en cuenta no solo la opinión de los docentes, sino de las familias y de los propios estudiantes.
Enaltecer la figura del maestro en todos los espacios es fundamental. Y si bien de conjunto con el INDER y los ministerios de Educación y Educación Superior se han dado pasos de avance, aún es necesario estudiar otras estrategias, manifestó Niurka González, del Secretariado Nacional.
“En ese sentido, todavía nos sentimos insatisfechos; es preciso lograr que el maestro se vuelva a sentir centro de la sociedad, una figura clave en la formación de valores.
“Cuando uno de ellos tiene resultados hay que llegar hasta su CDR, reconocerlo, porque a veces los vecinos no saben de su constancia, de su sacrificio; que se va a las seis de la mañana y regresa tarde en la noche. Tenemos que trabajar para estimular más al maestro, al profesor, al entrenador deportivo”, enfatizó.
Salario: no siempre determinante
Según los dirigentes sindicales entrevistados, las causas del éxodo son objetivas y subjetivas, y muchos coinciden en que la cuestión del salario no siempre determina.
De la provincia de Mayabeque, Edda Carrasquero (en el momento de realizar el reportaje, secretaria general del comité provincial del SNTECD) reconoció las dificultades del territorio. “Hemos cubierto mayormente las necesidades con personas contratadas que una vez estuvieron en el sector y ahora tienen la posibilidad de cobrar dos salarios. Sin embargo, el que no se fue, el que se ha mantenido en la profesión, percibe uno solo”.
La Habana tiene una situación “bastante engorrosa y difícil en cuanto a la cobertura”, expuso Ana Gloria Calderón Zedeño, secretaria general del comité provincial. Hoy la capital se nutre de más de 3 mil profesores de todo el país y alrededor de mil jubilados. Hace unos años hubo una reforma salarial en el sector —dijo—, no obstante existen insatisfacciones.
Dirigente sindical de larga trayectoria, Mirella Suárez Ortega, directora de la revista Con luz propia, del sindicato, al comentar sobre los problemas materiales subrayó que el Estado está consciente de las dificultades que afrontan los profesionales del magisterio.
“En determinadas circunstancias fueron favorecidos económicamente, pero hoy la vida está muy cara, y lo que fue un buen salario ya no lo es. La Revolución responderá en su momento, sin embargo debe resolverse que quien trabaje más de lo que le toca se le considere como un contrato y se le pague”, enfatizó.
Relacionado con la remuneración monetaria, el pago por concepto de antigüedad es otro reclamo de los educadores. Sobre este aspecto el secretario general del sindicato considera que debe seguirse estimulando, lo cual coadyuvaría a la permanencia.
Integrante también del Secretariado Nacional, Maribel Vázquez Lozano ejemplificó ese criterio, ampliamente debatido en las secciones sindicales de base y en las reuniones previas al XX Congreso de la CTC. “Hoy, entre los dos y 30 años, cada dos pagamos cinco pesos, y 10 pesos a partir de los 30”, aclaró.
Por otra parte, en la provincia de Guantánamo el éxodo no es un problema, pero sí lo es la inactividad del personal, según reconoció Gertrudis Simón Pineda (hasta el pasado curso secretaria del comité provincial del SNTECD en ese territorio y en la actualidad promovida al Secretariado Nacional), quien agregó que allí, con el propósito de resolver dicho problema unen los esfuerzos con la UJC, la FEU y las administraciones.
Entre las causas de la inactividad mencionó las licencias de maternidad y los certificados médicos, los cuales en algunos casos deben revisarse.
Soluciones en la propia localidad
Para María Victoria Martínez, secretaria general del comité provincial del SNTECD en Holguín, una preocupación de los dirigentes en su localidad es crear condiciones para que el maestro se sienta mejor en el puesto laboral.
De los problemas no resueltos, uno está relacionado con las situaciones materiales de las escuelas, y continúa siendo una dificultad el agua potable, pues a pesar de múltiples esfuerzos no se ha podido llegar a todos los lugares.
En el territorio guantanamero los docentes también solicitan mejores condiciones de trabajo. Al pronunciarse al respecto, Gertrudis explicó que el sindicato no está ajeno a esas inquietudes, las cuales se atienden, por ejemplo, existe un levantamiento de los centros donde hay hacinamiento.
“Después de construidos se ha comprobado que han faltado algunos locales, y en esa solución está el sindicato junto a la administración. Participamos en los consejos de dirección y en las reuniones con los directores. Los lunes hay un encuentro sobre las inversiones y ahí siempre estamos”, alegó.
Por su parte, Ana Gloria, de La Habana, apuntó que en los municipios de Centro Habana y La Habana Vieja el problema constructivo de algunas instalaciones es crítico. “Eso, aunque una no quiera, afecta, influye en el sentido de pertenencia del maestro para con su centro.
“Algunas dificultades se resuelven con un reordenamiento, mientras que en otras es necesario una inversión. No podemos llegar a todas las escuelas al mismo tiempo, para eso hay un plan de reparación, el cual se lleva a cabo y se chequea constantemente”, subrayó.
En opinión de Diosdada Vidal, miembro del secretariado nacional, en esos asuntos desempeña un papel fundamental la acción local. “Me refiero al director municipal de Educación, también vicepresidente del Consejo de la Administración. En las reuniones se maneja una serie de cuestiones para el aseguramiento de sectores como Educación, Salud, Industria. Es decir, el desarrollo integral del municipio. Entonces me parece que una mejor integración y un nivel de prioridad hacia determinadas esferas, como es el caso, favorecería la permanencia de los maestros”. Asimismo, expresó que algunas provincias se han ocupado de la reparación y mantenimiento de sus centros escolares y puso de ejemplo a Cienfuegos, que los consideró en su totalidad.
Precisó que —no obstante la responsabilidad indiscutible del MINED y del sindicato en la solución de las dificultades— debe haber una mayor cooperación con las organizaciones del barrio.
“Antes los CDR y la FMC trabajaban con las madres y los padres que no mandaban a sus hijos a la escuela, o con las familias de los niños rezagados. Ahora el maestro va a la comunidad, visita en reiteradas ocasiones a los estudiantes, conversa con los padres. Está bien que lo haga, ¿pero quién lo acompaña? Contamos con las organizaciones y con el apoyo de vecinos que aman el barrio.
“Existen proyectos de desarrollo integral que deben contribuir al beneficio de la educación. Hoy eso no está como queremos, y en ese sentido debemos insistir”.
Con una observación profunda hacia su propio sindicato, agregó: “Podemos ayudar mucho, convocando a la comunidad para celebrar el Día del educador —y extender ese reconocimiento durante todo el período lectivo—, participando en la solución de los problemas y en el acompañamiento al maestro en aras de que la familia adquiera conciencia de que la educación de los hijos es lo más importante y en lo cual debemos intervenir todos”.
En el centro de la mira
Si alguien tiene sobre sí todas las miradas, ¡ese es el maestro! Dondequiera que se encuentre debe ser ejemplo, pues es el espejo donde generalmente se miran los niños, los jóvenes y los adolescentes.
En la indagación realizada por Trabajadores, muchos educadores se preguntaban por qué no se les beneficiaba con la entrega de ropa de presencia o un uniforme. Ismael Drullet reconoció que eso conlleva, por supuesto, una decisión estatal. “Según los estudios realizados la cuestión rebasa las posibilidades del Ministerio de Educación”.
Comentó que en determinado momento, al hacer un análisis de lo que significaba otorgar dos uniformes a los más de 397 mil docentes del sector en el país sobrepasaba el crédito que tiene el MINED con China para todo lo relacionado con los aseguramientos”.
Las inconformidades relacionadas con el exceso de visitas a las instituciones fueron expuestas más de una vez. “La muestra siempre es la escuela y el profesor. Cuando a un centro llega la dirección nacional, ya por ahí pasó la provincial, la municipal, el metodólogo, el jefe de departamento, el de grado. Esa puede ser otra de las causas de la inactividad o del éxodo”, señaló Maribel.
En el intercambio directo con los colectivos laborales, y en los planteamientos más frecuentes llegados al sindicato, está el tema de las más de casi nueve horas que tienen sobre sí los profesores de secundaria básica.
“Entran a las siete de la mañana y salen a las cuatro y media de la tarde. También está el asunto de la doble asignatura; se graduaron de una y en la actualidad imparten dos, aun cuando el ministerio ha tomado medidas desde el punto de vista de la preparación y la superación de los docentes”, resaltó.
Otro aspecto mencionado en diversas entrevistas fue la inconformidad con el proceso de evaluación. En opinión de varios maestros en algunas oportunidades se adoptan medidas disciplinarias injustas, que van acompañadas de métodos autoritarios.
“Los profesores no se sienten bien cuando la evaluación no se hace como es debido, no es sistemática o no hay una alerta. Y en ese proceso tan complejo, que luego puede convertirse en algo traumático, el sindicato debe elevar su papel”, manifestó Ismael.
Reconoció que a esta instancia llegan medidas disciplinarias que no son del todo justas. “Existe desconocimiento”, y añadió que hay directores jóvenes, “y muchos lo han asumido con responsabilidad”; no obstante, todavía se aprecia cierta inexperiencia y en algunos casos no se emplean los mejores métodos de dirección.
“Tenemos que atender mejor a los maestros que están en las aulas, entregados en la primera trinchera, en el día a día. ¡Esa es la gran fortaleza! Puede que algunos lleguen un día a la escuela más cargados, más tensos, pero eso no debe pasar por alto. Estamos llamados a ser flexibles, a ocuparnos y preocuparnos ante un problema personal sin que ello afecte la organización escolar, el programa de estudio o la asistencia al aula.
“Son esos docentes los que brindan una imagen buena o mala e inciden en la decisión de aquellos muchachos que se inclinan por las especialidades pedagógicas en cualquier nivel. Debemos tener presente que los estudiantes extraen sus propias conclusiones: ‘yo no quiero estar como esa profesora, ni ser como ella’. No hay un profesional en el país que tenga sobre sí más exigencia, aunque estoy consciente de que la naturaleza de esta actividad lo requiere”.
Para Mirella la experiencia cuenta, así como la importancia de que en las instituciones educativas existan educadores capaces de formar a los recién egresados del magisterio. “Yo también fui maestra joven, pero en mi etapa de juventud siempre conté con personas sabias que me ayudaron a crecer en la profesión y me fueron guiando; desde el contenido de la clase, hasta la forma de vestirme y actuar. ¡Eso no lo puedo olvidar!”, añadió.
Los dirigentes sindicales, de manera general, coincidieron en la necesidad de incentivar y fortalecer los vínculos familia-escuela.
“Hoy ha cambiado el escenario social y es imprescindible la integración, saber qué le falta al maestro y qué a la familia, lo cual, en ambos casos, es bastante”, subrayó el secretario general del sindicato, quien agregó que “se ha venido haciendo un esfuerzo importante, pero no suficiente”.
Con la sabiduría de sus largos años vinculados al sector, Mirella precisó que el profesor debe vivir consciente de que lo es en todos los lugares, en la escuela, en la parada, en la bodega, “dondequiera que esté es el maestro y la gente siempre lo reconocerá como tal”.