Cuando restaban apenas 14 segundos en el reloj Cuba ganaba 69-67 y la primera victoria parecía estar al alcance de la mano, pero en ese instante la bielorrusa Katsyarina Snytsina clavó un triple para sepultar nuestras aspiraciones y mantener el invicto de su equipo en la llave C del XVIII Campeonato Mundial de Baloncesto, con sede en Turquía.
Las caribeñas habían dominado la pizarra durante los 40 minutos anteriores, habían luchado con clase, talento y paciencia, construyendo un resultado que evitaría la presión de llegar sin triunfos al último choque del grupo. Sin embargo, todo el castillo se desmoronó frente a sus ojos, incluso antes del fatídico disparo desde fuera del área, pues a falta de tres minutos la pizarra favorecía a Cuba 69-58. La carencia de aplomo y experiencia competitiva a este nivel quebró el equilibrio del choque e impidió sostener esa ventaja.
En esta oportunidad no hubo un rival claramente superior, ni diferencias abismales en las estadísticas. Esta vez, la calidad de las discípulas de Alberto Zabala no fue puesta en tela de juicio, mas el final no fue distinto.
De nada les valió a las cubanas una excelente efectividad en el cobro de libres (nueve aciertos en 12 lances), nivelar las acciones bajo el aro a pesar de su menor estatura (consiguieron 36 rebotes, por 41 las europeas) o tener ventaja mínima en cuanto a los puntos conseguidos en tiros de campo (Cuba marcó 60 por 59 Bielorrusia).
Perdieron, y con el triplazo lapidario de Snytsina, se esfumó la posibilidad más clara de victoria para las cubanas en la cita mundialista, luego de mantenerse alejadas de este certamen por ocho años. Un chance al cual no consiguieron aferrarse y les fue arrebatado con una seguidilla de 12 cartones consecutivos, algo insostenible en el baloncesto actual, menos en un Mundial.
Tal resultado se combina con el descalabro de Corea del Sur ante Australia (54-87) y deja servido para este lunes un duelo entre asiáticas y antillanas en el cual ambas se juegan la permanencia en el torneo, pues el cuarto puesto de cada llave queda sin derecho a luchar por un boleto a la segunda ronda.
En caso de que lograsen vencer a las sudcoreanas, las esperaría entonces el segundo lugar del grupo D, que debe ser China, elenco que este año derrotó al conjunto cubano en tres ocasiones consecutivas. Pero esa es una preocupación secundaria por ahora.
Este domingo a las nuestras no les falló el talento, ni sus victimarias resultaron jugadoras de otra galaxia; en esta oportunidad las traicionaron sus propios demonios, encarnados en la falta de concentración e inexperiencia a este nivel.
Tras dos partidos Yamara Amargo acumula 37 puntos con nueve triples incluidos, Ineidys Casanova ha completado 13 asistencias, mientras Marlen Cepeda y Leidys Oquendo han recogido 15 balones bajo el aro cada una.
