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Salud pública en Cuba perdió más de 66 millones de dólares en un año debido al bloqueo

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El bloqueo económico que por más de medio siglo mantienen sucesivos gobiernos de Estados Unidos contra Cuba, además de causar pérdidas por más de un billón de dólares, inflige también serias afectaciones a la salud y el bienestar del pueblo cubano.

La Cancillería cubana presentó hace poco su informe sobre la resolución 68/8 de la Asamblea General de Naciones Unidas titulada “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”, donde refleja que ese cerco abarca todos los ámbitos de la vida del país caribeño, incluso el sector de la Salud Pública.

Desde hace 55 años Washington mantiene contra este archipiélago caribeño un cerrojo cada vez más férreo, y su carácter genocida lo expresa su objetivo tácito de provocar hambre y desesperación entre los cubanos para provocar el derrocamiento de su gobierno.

El bloqueo, calificado también como inmoral por la comunidad internacional, incide en la necesidad de Cuba de adquirir medicamentos, reactivos, piezas de repuesto para equipos de diagnóstico y tratamiento, instrumentales y otros insumos, en mercados alejados, lo cual hace necesario recurrir a intermediarios e incrementa innecesariamente los gastos de Salud.

De acuerdo con datos del texto que presentará la isla ante la ONU, durante el período que va de abril de 2013 a junio de 2014, el Ministerio de Salud Pública estimó en 66,5 millones de dólares las pérdidas causadas a ese sensible sector.

Esa cifra, sin embargo, no refleja los costos intangibles de la trascendencia social y humana del daño causado a la población, dada la imposibilidad de acceder a insumos de última generación, tecnología, conocimientos y otros recursos vitales para esta sensible esfera.

Entre las dificultades enfrentadas en el periodo analizado, el texto cita que el Centro Nacional de Genética Médica tuvo afectaciones en la compra de equipamientos y reactivos necesarios para sus laboratorios, lo cual repercutió en el desarrollo del programa nacional de diagnóstico, manejo y prevención de enfermedades genéticas y defectos congénitos.

Su Laboratorio de Biología Molecular enfrenta serias trabas para adquirir reactivos provenientes de firmas radicadas en Estados Unidos. Entre ellos los geles de SSCP (Polimorfismo Conformacional de Simple Cadena) y los Kits de Tensión con plata, para el diagnóstico de enfermedades como fibrosis quística, hiperplasia adrenal congénita, galactosemia y otras.

Asimismo, el medio de cultivo completo AMNIOMAX, empleado para el cultivo de células humanas de origen prenatal, que garantiza los estudios cromosómicos a las embarazadas mayores de 37 años o con patologías detectadas por ultrasonidos.

No pudo adquirirse el software para el espectrofluorímetro, marca Shimadzu, por poseer un software estadounidense. Con este equipo se realizan los estudios necesarios para diagnosticar enfermedades generadas por errores congénitos del metabolismo.

Igualmente, el Instituto de Neurología y Neurocirugía Doctor Rafael Estrada vio imposibilitada la compra de un angiógrafo, para el estudio del sistema vascular de pacientes con afecciones neurológicas, por tener componentes norteamericanos. El mismo había sido contratado a la firma Phillips, pero esta indicó que no tenía licencia de Estados Unidos para venderlo a Cuba.

El Grupo Nacional y la Sociedad Científica de Alergia no han podido comprar las necesarias piezas de repuesto para equipos de cromatografía, comprados a la compañía Pharmacia.

Al Cardiocentro Infantil William Soler le es imposible adquirir nutrientes de mayor calidad como el aminosteryl, de especial importancia para el tratamiento pre y postoperatorio de pacientes desnutridos con cardiopatías complejas y críticas, pues solo se produce por los Laboratorios ABBOT, de origen estadounidense.

El Instituto de Gastroenterología enfrenta un incremento en los gastos por concepto de compra de medicamentos, indispensables en la terapéutica de enfermedades crónicas invalidantes en niños y adolescentes, al verse obligado a reubicar sus importaciones en mercados más lejanos.

Los laboratorios norteamericanos, europeos y japoneses, fabricantes de retrovirales como el Tenofovir (tratamiento de la hepatitis B) y Telaprevir (tratamiento de la hepatitis C), temen penalizaciones de Estados Unidos si comercian con Cuba.

El Centro Nacional de Electro Medicina tiene obstaculizada la compra directa de piezas y accesorios de repuesto, para los monitores multiparamétricos y desfibriladores de la marca Philips, modelos MP-20 y Heartstart XL, respectivamente, por ser de procedencia norteamericana.

A su vez, el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular no dispone del equipo de mapeo anatómico tridimensional no fluoroscópico, producido por las firmas norteamericanas Carto-Biosense y Saint-Jude.

Ello impide realizar ablaciones de arritmias complejas, lo cual origina gastos entre 15 mil y 18 mil euros por paciente (sin incluir pasaje y estancia), por concepto de tratamientos fuera del país (Italia).

El Hospital Hermanos Amejeiras no puede adquirir el láser verde o green light KTP, para el tratamiento de pacientes con hiperplasia prostática, muy útil en los casos que necesitan tratamiento anticoagulante sin interrupción o padecen de trastornos de la coagulación.

La amenaza de millonarias multas a los productores del adelanto científico, hacen del precio de adquisición del equipo un obstáculo insalvable para las autoridades de salud cubanas.

El Instituto de Hematología e Inmunología reporta el diagnóstico de un promedio anual de 72 leucemias en niños en el país, 75 por ciento de estas linfoides agudas. En su tratamiento se usa la enzima L-Asparaginasa, obtenida en primer lugar de la bacteria Escherichia coli, que causa alergia en varios pacientes.

Sin embargo, otras alternativas como la enzima modificada por el polietilenglicol (forma pegilada) o la obtenida a partir de la bacteria Erwinia carotovora, están prohibidas para Cuba por ser de procedencia estadounidense.

A la Empresa MediCuba, importadora y exportadora de productos médicos, le cancelaron varios suministros en esta etapa. Ello conllevó gastos adicionales y períodos de desabastecimiento de algunos productos.

A través del suministrador CARIMED CANADA, se obtenían del fabricante norteamericano INTEGRA NEUROSCIENCE las derivaciones para tratar la hidrocefalia. Sin embargo, desde fines de 2013 suspendió sus entregas con destino a Cuba por disposición del Departamento del Tesoro, creando afectaciones a la ejecución del Programa de Atención Materno-Infantil.

Por su parte, el proveedor de origen alemán MAQUET CRITICAL CARE, presionado por el Departamento del Tesoro, suspendió la entrega de servohumidificadores utilizados en la ventilación de pacientes graves, tanto adultos como pediátricos, porque tenía componentes de origen norteamericano.

Esta situación obligó a buscar proveedores de productos compatibles en otros mercados, evaluar muestras y registrar productos para poder restituir el abastecimiento. La suspensión de la entrega provocó un desabastecimiento en el suministro a los servicios durante más de seis meses.

(Tomada de Cubadebate y con información de PL)

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