Un colectivo moral, del Sindicato de Trabajadores de la Salud en la provincia de Ciego de Ávila, se distingue por la aplicación de 32 alternativas para la sostenibilidad de los servicios clínicos quirúrgicos ortopédicos.
Raúl Mata García, jefe técnico de Ortopedia y Traumatología, del hospital provincial docente, Doctor Antonio Luaces Iraola, es uno de los creadores de ese proyecto. En esta institución él tiene un taller para materializar sus inventivas que devienen en instrumental indispensable para la labor de los cirujanos.
La primera innovación de quien atesora medio siglo salvando vidas, aún funciona con eficiencia. “Antes cuatro compañeras confeccionaban de forma manual 20 bastones de gasas diariamente, hoy una persona prepara 200 en ocho horas en el equipo de madera que inventé, con el cual no se consume energía eléctrica y humaniza el trabajo en la central de esterilización”, explica el innovador.
Su inventiva de mayor impacto económico y social consiste en la adaptación de un sillón de estomatología a una mesa para las intervenciones quirúrgicas por mínimo acceso, cuya solución tiene un efecto económico superior a los 69 mil pesos.
“No podíamos realizar las operaciones del hombro porque el sillón de artroscopía lleva una torre para el miembro superior, con la cual no contábamos y era este un problema cuando venían a intercambiar experiencias y asesorarnos los especialistas de Suiza, Alemania, España, entonces yo dije que resolvería el problema.
“Le adapté un plato metálico de un equipo como soporte a un sillón de estomatología en desuso, lo tapizamos, lo pintamos, le colocamos otros componentes para que girara y lleva más de cinco años funcionando en la cirugía artroscópica también de rodillas, pies y manos.
“Si no fuera por esta solución, el país hubiera tenido que invertir unos 70 mil dólares que cuesta una mesa convencional de ese tipo, sin embargo, nosotros logramos sustituirla a bajo costo”.
El profe Mata, como le llaman sus alumnos y compañeros de trabajo, no circunscribe la innovación tecnológica a su especialidad. “No he sido anirista solo en ortopedia, sino también en cirugía, otorrino, maternidad, pediatría y en otros departamentos del hospital que me han necesitado”.
En su banco de trabajo, el octogenario técnico de la salud nos enseña fijadores externos, placas, tornillos y otros aditamentos a los que les hacen adaptaciones o modificaciones, quien se ha convertido en un genio del instrumental quirúrgico.