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La pasión beisbolera a camisa quitada

Pinar del Río recibe a Matanzas en la inauguración de la 54 Serie Nacional de Béisbol. Foto: Marcelino Vázquez
Pinar del Río recibe a Matanzas en la inauguración de la 54 Serie Nacional de Béisbol. Foto: Marcelino Vázquez

La 54 Serie Nacional de Béisbol comienza este 21 de septiembre y no pocos comentarios, dudas, incertidumbres y pronósticos levanta ya entre los aficionados, quienes viven esta “pasión deportiva” con un formato muy similar al de las dos últimas temporadas, es decir, una primera fase con 16 equipos y una segunda, con los primeros ocho más cinco refuerzos.

Sin embargo, la naciente campaña será atípica en varios aspectos. Esta vez, aunque el calendario se adelantó hasta septiembre, habrá que parar tres veces las acciones: la primera del 4 de noviembre al 5 de diciembre por los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Veracruz; la segunda por el tradicional fin de año y la tercera del 23 de enero al 13 de febrero por la Serie del Caribe en Puerto Rico.

El desafío será alto para los preparadores físicos y entrenadores, pues mantener a un pelotero con un rendimiento elevado por espacio de siete meses con estas intermitencias parece una quimera. Un mínimo detalle hubiera acomodado mejor el programa.

Si en lugar del día 21, hubiésemos comenzado esta temporada en los primeros cinco días de este mes (con el lógico ajuste del torneo sub 23), la etapa inicial hubiera concluido antes de la cita regional mexicana, en tanto al regreso de la lid boricua solo quedarían los play off entre los cuatro punteros.

Otro aspecto distintivo de la venidera Serie Nacional es que los cuatro jugadores insertados en la liga profesional japonesa: Yulieski Gourriel (IND), Alfredo Despaigne (GRA), Frederich Cepeda (SSP) y Héctor Mendoza (IJV) no estarán con sus formaciones desde el principio y puede darse hasta el caso que no jueguen hasta diciembre, lo cual no los invalidará para ser escogidos como refuerzos en caso de que sus equipos no clasifiquen.

Asimismo, es alentadora la estabilidad de 11 mentores en comparación al año anterior, en tanto es aplaudible, por su experiencia y capacidad, el retorno de Carlos Martí con Granma, Ermidelio Urrutia con Las Tunas y Esteban Lombillo con Camagüey. Cienfuegos e Isla de la Juventud sí estrenarán pilotos: Jorge Concepción y José Luis Rodríguez, respectivamente.

La posibilidad real de transmitir hasta tres juegos por televisión también romperá con viejas ataduras, aunque el sacrificio de jugar a las 10 de la mañana no gustará para nada a los conjuntos que les toque poner el espectáculo. La ampliación de las jugadas a revisar por el video televisivo nos pone a tono con el béisbol más moderno, siempre y cuando la demora del procedimiento no pase de 5-10 minutos.

Disciplina y calidad

Más allá del entuerto aclarado sobre los sancionados Demis Valdés de Matanzas y Wilber Pérez de Isla de la Juventud —que dicho sea de paso no son casos iguales—, lo cierto es que la mayoría hubiera aprobado refrendar, de una vez y para siempre en el Reglamento disciplinario, que cualquier pelotero que intente agredir con un bate a árbitro o jugador contrario será expulsado de por vida de nuestro sistema deportivo.

En medio de la dinámica arrolladora de un torneo como este, con 640 nombres inscritos (róster de 32 más ocho de reservas) se debe imponer la transparencia e inmediata información cuando alguno de ellos cause alta o baja, lo cual evitará confusiones y rumores dentro de la afición, al tiempo que favorece el trabajo de la prensa.

Por supuesto, la calidad del campeonato estará marcada no solo por las estadísticas individuales y colectivas, sino también por la propia participación y rivalidad de los involucrados. Para que se tenga una idea más clara, este año veremos 130 novatos (casi el doble de la edición anterior: 72) y 102 jugadores con solo una campaña de juego. Es decir, el 36,35 por ciento de las nóminas son jóvenes de poca o ninguna experiencia en este tipo de béisbol.

Un área muy resentida y singular será el pitcheo, en la que se concentran 63 serpentineros debutante. El trabajo con el control, el pensamiento técnico-táctico y la correcta rotación serán asignaturas por aprobar, mientras los lanzadores “más consagrados” intentarán ser ejemplos en la tabla del box con actuaciones más convincentes en esos mismos parámetros.

Ocho luces para polemizar

Como todo campeonato, siempre hay selecciones que salen, a primera vista, con más credenciales que otras para llegar a la discusión del título. Los monarcas pinareños no tienen apenas cambios en su novena titular y la dirección de Alfonso Urquiola siempre es garantía de éxito; al igual que los submonarcas matanceros, dirigidos por cuarto año consecutivo por Víctor Mesa y con un Jonder Martínez que redondea el staff de serpentineros.

Los Industriales vuelven a ser polémicos, pero sólidos en pos de la clasificación, al igual que Villa Clara (es el de menos inyección de bisoños peloteros). Los tigres avileños deben regresar a los ocho punteros, basado sobre todo en su cuerpo de lanzadores, al tiempo que Artemisa, Holguín y Camagüey se ven en papeles con más opciones de jugar la segunda fase.

Isla de la Juventud no será la misma que ha ganado dos boletos a la siguiente ronda y debe resentirse la salida de jugadores claves; en tanto Las Tunas, Sancti Spíritus y Granma necesitan de un buen arranque para pensar en la clasificación, pues cuando ha sido así, lo han logrado. Finalmente, demasiada juventud para soñar en grande habrá en Cienfuegos, Mayabeque, Santiago de Cuba y Guantánamo, escuadras con la mayor cantidad de novatos: 15, 13,12 y 12, respectivamente.

A camisa quitada hemos expuesto el panorama de la actual serie, quizás una de las más resentidas de los últimos años en figuras o nombres a seguir, aunque todos sabemos que cuando se trata de la “pasión deportiva” de Cuba nada es absoluto hasta el out 27 del 12 de abril del 2015, presumible cierre de esta 54 versión.

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