Tal como aseguró la trabajadora civil del Ministerio del Interior, María Teresa Gómez Álvarez, las misiones de esta institución y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias hay que cumplirlas en todo momento, más allá de las circunstancias y el tiempo.
En ambos casos, detrás de la dedicación y el empeño de las propias fuerzas militares, están los miles de trabajadores que integran el Sindicato Nacional de Civiles de la Defensa, de celebraciones este mes: el 19 de septiembre su aniversario 43, y el día 24 el cumpleaños 88 del mártir Emilio Bárcenas Pier, cuyo nombre honra a la organización sindical.
La profesora María Teresa —con 25 años de experiencia en la docencia, ocho de ellos en el Instituto Superior del MININT Eliseo Reyes Rodríguez Capitán San Luis— no ve diferencia alguna entre la vida militar y la civil.
“Cuando la tarea se asume con la responsabilidad que entraña no importa hacia donde se tribute. ¡Ahora…, cuando se trata de formar estudiantes que luego van a garantizar la tranquilidad ciudadana, la seguridad del Estado, el orden interior, la connotación es mayor!, pues en el futuro ellos tendrán la alta responsabilidad del enfrentamiento”, aseveró.
Licenciada en Educación en la especialidad de Inglés, explicó que en el Instituto hay una gran masa de trabajadores civiles, sin los cuales sería imposible el desenvolvimiento del centro.
Comentó que en la actualidad es instructora de Trabajo Político Ideológico, por lo que atiende todo lo relacionado con la cultura, el deporte y la recreación, pero nunca ha dejado de impartir docencia, la razón de ser de la institución. Ahora enseña la asignatura Historia del MININT, que forma parte del curso introductorio para los estudiantes de primer año.
“¿Sentido de pertenencia? Fomentarlo es básico. Además del amor que siento por mi trabajo y la importancia que le concedo, mi hijo y esposo laboran aquí, ambos son oficiales. El primero se formó en este propio Instituto como licenciado en Derecho, en la especialidad de Técnica Investigativa, y el segundo es docente igual que yo. Así que el compromiso es grande”.
Dos imprescindibles en una fábrica única
Martha Moré Armenteros tiene 62 años, pero ni piensa en la jubilación. Llegó hace 12 a la Empresa Militar Industrial (EMI) Emilio Bárcenas Pier y desde entonces siempre ha sido secretaria de sección sindical.
Con la satisfacción de ser útil en su puesto y servir a quien lo necesita, confiesa que le gusta este quehacer, y a la pregunta de por qué siempre resulta elegida responde con la sinceridad de la mujer de pueblo: “¡Parece que les doy buen trato a los trabajadores y los represento como es debido!”
Fundadora de la Fábrica de paletas plásticas (2008) —una de las cinco que integran la EMI—, Martha es operadora de corte y conformado de los palés, pero su labor principal es especialista de Recursos Humanos. “En el nuevo sistema de pago tenemos que dar apoyo a la producción y eso no ha sido para mí un problema, lo hago muy a gusto”, aseveró.
Al explicar la trascendencia de la fábrica, su director, el ingeniero mecánico Reynaldo Pagés Castro, explicó a Trabajadores que es la única de su tipo en el país encargada de hacer palés plásticos para sostener cargas de diferentes tipos, así como perfiles que sirven como pasarelas para el traslado desde los hoteles hasta las zonas de playa. Hasta el momento se fabricaban de madera, a un costo muy elevado.
También trabajador civil y con tres décadas en la EMI Emilio Bárcenas Pier, Reynaldo resaltó el importante rol en la sustitución de importaciones y subrayó que es una planta ecológica, pues en la producción emplean materiales reciclables, entre ellos aserrín, otros derivados de la madera, cáscaras de arroz, de café, bambú, y plásticos, como el polietileno de alta densidad (las jabitas de naylon) y el PVC.
Los Limonta, en la planta de reparación de tanques
No son hermanos, ni siquiera familia, pero además del apellido los une ese amor por el trabajo que los distingue en el colectivo. Silvio Limonta Alet lleva en la EMI 35 años, comenzó con 19; siempre vinculado al mundo de la electricidad.
“Empecé como obrero, y después seguí estudiando hasta llegar a graduarme como técnico medio en Sistema Eléctrico Industrial. De aquí no me he ido nunca, tan así es que es mi único centro laboral”, expresó.
En la actualidad, como jefe de taller de electricidad, capacita a los más jóvenes y los impulsa para que continúen avanzando en el conocimiento de la técnica militar.
Por su parte, Martha Rosa Limonta González también labora en la planta de reparación de tanques, pero su labor específica es la de costurera. Lo suyo es tapizar las misceláneas que lleva esta técnica por dentro: los asientos, los espaldares, las lonas.
“Siempre he trabajado aquí en la empresa, llevo 26 años, donde he realizado varios trabajos. Ahora gano un poco más, el pago es por resultados, y eso me hace sentir más útil y, por supuesto, contenta”.