Y porque ya no se puede seguir esperando es que esta mañana en actos en escuelas, en pancartas, en conversaciones, casuales, en twetts, en noticias, en gestos… en diferentes formas muchos llamaron al fin, al regreso, a la felicidad de esos hombres, de Gerardo, de Antonio y de Ramón.
Hoy también se levantaron temprano las subcampeonas agramontinas del Primer Campeonato Nacional de béisbol femenino y se llegaron a la sede de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) de la provincia como parte de los diferentes estilos para exigir el regreso de esos tres hombres que solo han luchado por la paz.
Algunas dejaron sus problemas familiares para asistir a la cita, otra llegó con su hijo, y hasta la más joven con solo 11 años, que no es titular del equipo, dejó a un lado los miedos escénicos para participar y conversar sobre esos tres hermanos que están tras rejas, pero injustamente, y recordar que uno de ellos, Gerardo, si no lo ayudamos, no le alcanzará la vida para cumplir con la injusta condena que le impusieron.
También aprovecharon para contar las anécdotas del campeonato, del sacrificio, de cómo se sintieron, de lo que harán para ser mejores atletas, de lo mucho que lucharon, por lo que la CTC les reconoció su valentía.
Pero el periplo no era hasta ese lugar, durante todo el día visitarían otros centros como la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte y Loynaz, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología y algunas entidades del MININT.