En fin, cada niño, adolescente y joven, en cualesquiera de las enseñanzas y niveles educativos, irá forjándose una idea de cómo será el período lectivo y, a su vez, la familia también se moldeará de acuerdo a las características de las instituciones escolares.
Sin pretender enmarcarlo como único y diferente, el curso que hoy se inaugura tiene tras de sí la voluntad de cambiar todo lo necesario, de transformar métodos y estilo de trabajo, de mejorar condiciones y facilitar un favorable entorno a alumnos y profesores.
Con limitaciones materiales presentes (déficit y mal estado de computadoras, problemas de conectividad, deficiente estado constructivo de algunas instalaciones educativas y residencias estudiantiles, dificultades con el transporte, entre otras) se ha hecho un gran esfuerzo en los meses precedentes a fin de que los educandos y los profesores cuenten con los recursos disponibles.
En la educación general, y como ya se ha comentado, lo más trascendente será la flexibilidad de la organización escolar, la posibilidad de que cada escuela, atendiendo a donde está enclavada, y otras particularidades, pueda planificar el horario del día, las reuniones metodológicas, la preparación del maestro. Lo cual, según las autoridades no significa indisciplina, menos trabajo, descontrol. Muy por el contrario.
El llamado “verticalismo”, es decir cumplir a pie juntillas lo “que viene orientado de arriba” (del Ministerio de Educación en este caso), dará paso a la creatividad, a la toma de decisiones propias. Ahora, si el director de la escuela considera que las horas de formación vocacional y orientación profesional pueden desarrollarse en la carpintería de la localidad, tiene la facultad de permitirlo, o si el profesor de Historia desea aprovechar el museo para incentivar el amor por la asignatura, también podrá hacerlo. La escuela, por decirlo de alguna manera, está en manos del director y de su consejo de dirección.
En la educación superior, imprescindible resulta cada septiembre recordar que es “gratuita y de calidad. Eso es Cuba”, según afirmó recientemente en una reunión de trabajo el titular del sector, Rodolfo Alarcón Ortiz, quien aseguró además, las posibilidades reales de realizar un curso superior en comparación con años anteriores.
En esta enseñanza lo novedoso es que la experiencia puesta en práctica en las provincias de Artemisa y Mayabeque y en el municipio especial de Isla de la Juventud, en cuanto a la integración de las universidades de un mismo territorio, se extenderá a partir de septiembre a Guantánamo, Camagüey, Ciego de Ávila, Sancti Spíritus, Cienfuegos y Matanzas, y ello coadyuvará al uso más racional de los recursos humanos, materiales y financieros.
Cuadros preparados, claustros fortalecidos académicamente, con un mayor número de másteres y doctores, y un ambiente satisfactorio desde el punto de vista de la superación, son en síntesis algunas de las ventajas de este proceso integracionista que hasta el momento arroja buenos resultados.
Sobre la base de que en la fuerza docente, en su preparación y compromiso, recae buena parte del éxito del curso, habrá que seguir muy de cerca lo relacionado con la cobertura que, sobre todo en la enseñanza general constituye un talón de Aquiles. Diversas alternativas se pondrán en práctica, y entre ellas la incorporación de jubilados, el personal contratado y, de manera particular, los especialistas de la producción y los servicios a la enseñanza técnica y profesional.
A este aspecto deberá prestarle mucha atención el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, la Ciencia y el Deporte, velando porque en cada institución, centro deportivo, o universidad, se respire un ambiente sano, de verdaderos colectivos, donde la justicia reine a la hora de tomar una decisión o hacer una evaluación.
Un momento muy especial será la conmemoración —en el mes de mayo venidero— en el centenario del natalicio del destacado maestro y dirigente sindical Raúl Ferrer, cuya vida y obra dedicó por entero al magisterio cubano. Retomar su pensamiento, y sobre todo, su quehacer educativo, debe ser una máxima. Entonces, hágase del curso un homenaje a él.