El anterior ministro francés de Economía, Arnaud Montebourg, criticó la política económica de austeridad, así como las propuestas de ajuste requeridas por el Gobierno alemán de Angela Merkel. Sugirió también buscar medidas alternativas más efectivas que incentiven el consumo doméstico y centrarse menos en recortar la deuda. Apuntó que desde hace seis años, cuando se desencadenó la crisis económica mundial, solo Estados Unidos y Reino Unido han recuperado su crecimiento económico, mientras que las economías europeas permanecen estancadas.
Al igual que Montebourg, otros titulares como los de Educación y Cultura, sumaron sus voces a los que reclaman apostar más por el progreso económico del país galo y no por medidas de recortes.
Estas críticas provocaron una crisis en el Gobierno y la reestructuración del ejecutivo. El gabinete saliente había asumido las funciones en marzo tras la derrota de los socialistas en las elecciones municipales debido al descontento de la población por el aumento del desempleo, el alza del costo de la vida y los nuevos impuestos. El primer ministro Manuel Valls, tenía la misión de restablecer la confianza de la ciudadanía, fomentar el crecimiento de la economía y crear empleos.
No obstante, durante el segundo trimestre del año, la segunda economía de la eurozona registró una tasa de crecimiento cero, lo que cuestiona los supuestos beneficios de las medidas del Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea.
Actualmente el apoyo al Gobierno francés se ubica en menos de 20 %, y según analistas, si el ejecutivo decide mantener la austeridad fiscal y la contracción salarial, la debacle será inminente y el ascenso al poder de la extrema derecha podría concretarse.
Encuestas señalan que más del 80 % de la población no apoya a su Presidente. Los franceses no confían en las medidas para sacar al país de la crisis y, el mercado laboral alcanza más de 3 millones de parados.
Finalmente Hollande nombró el nuevo Ejecutivo. Emmanuel Macron, cercano al jefe de Estado, quedó como ministro de Economía; la cartera de Educación fue asumida por Najat Vallaud-Belkacem y la de Cultura por Fleur Pellerin.
Se dice que el Gobierno a la vez que pretende disminuir 50 mil millones de euros del gasto público, concederá ventajas por 30 mil millones al sector privado a cambio de crear nuevos empleos. Asimismo, Macron anunció la intención de derogar derechos laborales como la duración de la jornada laboral y el monto de los salarios mínimos, con el supuesto objetivo de propiciar la reactivación de la economía y salir de la crisis.
Todo parece indicar que no habrá cambios sustanciales, las medidas a favor de los más desposeídos están por llegar.
