Muchas veces escucho hablar a las mujeres sobre el tema de la doble y hasta triple jornada —no me excluyo—. En una oportunidad, una entrevistada expresó que era como una “espada de Damocles”.
Esa es causa de que muchas no acepten ser promovidas en su centro de trabajo, a pesar de tener condiciones para ocupar determinada responsabilidad. “No puedo, tengo que ocuparme de los niños, lavar, planchar, inventar qué cocino… no me alcanza el tiempo”, argumentan.
Algunas son madres solteras, responsables del hogar, algo bastante común en el país; otras son casadas, pero ni siquiera dicen el término cooperación al mencionar al esposo o al resto de la familia, cuando más el de “una simple ayudita”.
Y es que para las féminas existen desafíos que no se pueden vencer a través de una Ley, van más allá, están muy ligados a los signos del ancestral machismo que aparece todavía como un fantasma y puede influir en la plena realización femenina, tanto en la vida familiar como en la social.
Cierto que cuando las cubanas y los cubanos miramos hacia atrás, nos damos cuenta de cuánto se ha ganado en igualdad de derechos, sin tener que sacar muchas cuentas. Hoy las mujeres están empoderadas gracias a la Revolución y la voluntad política del Estado.
La creación de la FMC, liderada por Vilma Espín —hace 54 años, el 23 de agosto—, abrió el camino para la incorporación plena de ellas a la vida económica y política de la sociedad. Si en los primeros años la lucha era para que se incorporaran al trabajo, en las restantes décadas la batalla ha sido porque ocupen cada vez más puestos en la toma de decisiones y erradicar cualquier vestigio de desigualdad.
Al hablar de números, Cuba muestra indicadores notables: representan en el Parlamento el 48,86 % —uno de los tres países en el mundo con más alta representatividad—, y son el 42 % de los miembros en el Consejo de Estado.
Otras cifras pudieran ilustrar: significan el 66 % de la fuerza técnica profesional, el 78,6 % de los jueces y el 76,6 % de los fiscales. Sin embargo, el desafío mayor está en transformar las subjetividades, las costumbres o juicios de valor. Todavía persisten estereotipos, prejuicios y conductas discriminatorias relacionadas con la diversidad en cuanto a orientación sexual e identidad de género.
En opinión de especialistas, el país tiene como reto implementar estrategias educativas en la formación de las nuevas generaciones, las cuales incluyan explícitamente la perspectiva de género en todos los niveles de enseñanza.
Por otra parte, el envejecimiento poblacional se torna hoy un reto para la sociedad, llamada a implementar estrategias que vayan dando respuesta a las dificultades que ello implica. Son las mujeres, las que muchas veces, en el mejor momento de su desempeño laboral, se convierten en cuidadoras de personas de la tercera edad. ¿Cuánto podría afectar a la economía la subutilización de la fuerza de trabajo calificada femenina?
Situada en la comunidad, la FMC tiene un espacio ideal para actuar desde y hacia la familia; puede contribuir con sus acciones a visibilizar los problemas de indisciplina que existen en el barrio y de manera conjunta proponer soluciones; orientar y encauzar a aquellas personas que son objeto de la violencia; organizar debates o talleres sobre la educación sexual o la educación formal.
Mucho aportan las federadas —y pueden seguir haciéndolo— en las escuelas, fortaleciendo el vínculo familia-escuela-comunidad, para que los maestros se sientan acompañados en el proceso docente-educativo; mantener esa corresponsabilidad en el barrio es vital y alienta a aquellos que tienen el importante rol de educar a las nuevas generaciones.
Hoy han surgido otras aristas, dado el contexto económico actual. Son muchas las integradas al trabajo por cuenta propia, y se debe velar porque se respeten derechos, como el de Licencia de Maternidad o igualdad de salarios en relación con los hombres.
A la luz de sus 54 años, la FMC puede sentirse airosa por los logros que en la actualidad tienen las cubanas; sin embargo, los objetivos trazados en su IX Congreso, demuestran que el quehacer es grande, faltan peldaños por subir.