Con la inauguración de la exposición Soy la mujer que piensa, de la artista de la plástica Martha Beatriz Castro, en el Museo Nacional de los Trabajadores de Cuba, ubicado en el antiguo Palacio de los Torcedores, la CTC rindió homenaje a la Federación de Mujeres Cubanas en el aniversario 54 de su constitución, el 23 de agosto.
La representante de la organización femenina resaltó el importante papel que ha desempeñado la FMC en sus más de cinco décadas de existencia en la defensa de los derechos de la mujer, y por lograr que ellas ocupen cada vez más espacio en puestos de dirección.
En sus centros de trabajo las féminas ―más de 4 millones integran dicha organización― han recibido el homenaje en sus respectivas secciones sindicales. Ellas significan hoy el 66 % de la fuerza técnica profesional, el 78,6 % de los jueces y el 76,6 % de los fiscales.
Igualmente representan en el Parlamento el 48,86 % y son el 42 % de los miembros en el Consejo de Estado. Esas cifras ejemplifican el espacio que han ido ocupando las cubanas en todos los ámbitos de la sociedad.
Martha Beatriz dijo a la prensa que para ella constituía un alto honor el que su obra hubiera sido elegida para exhibirse en tan significativa ocasión. La artista pertenece al proyecto que dirige Agustín Villafaña. Según expresó, la exposición consta de obras pertenecientes a dos series: Big Bang y Divas recicladas; todos son retratos de mujeres, en los cuales emplea la técnica de acrílico sobre lienzo, con el estilo del arte pop. Añadió que La mujer que piensa, frase que da título a la exposición, es una estrofa de un poema de la poetisa nicaragüense Gioconda Belli.
Destacó que pinta hace más de 10 años, después de haber concluido su vida laboral como profesora de Física, en la enseñanza técnico profesional. “Siempre tuve la inquietud de pintar, pero no tenía tiempo. Llegó el momento”, añadió.
Según Mariam Bonachea Brizuela, curadora de la exposición, Martha “revisita a la mujer como modelo y fuente de inspiración de la obra de arte. Con tal motivo se apropia de la mancha de color plano, sin degradaciones. Junto a ellos coexisten en los lienzos los tonos apastelados y los matices vibrantes que ofrecen al público la oportunidad de admirar una exquisita gama cromática.
“Con esta muestra la pintora ha logrado unificar a estos mundos que a lo mejor puedan a simple vista aparecer distantes, pero que al final, dejando a un lado cualquier atisbo de feminismo, exhiben y enaltecen toda la belleza y majestuosidad que siempre acompañan a la figura de la mujer”.