Por Roberto M. López de Vivigo, estudiante de Periodismo
Kirsán Iliumyínov volvió a ganar las elecciones para la presidencia de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE). La historia se repite, son ya diecinueve años al frente del órgano rector del juego ciencia. 110 votos a 61 (cuatro nulos) fue el resultado que dejó fuera del cargo al otro aspirante, el excampeón mundial Gari Kaspárov.
“En las horas previas a la votación se vieron y escucharon cosas que difícilmente pueden superar el mínimo aceptable de democracia y limpieza. La Asamblea General, incluso cuando se discutían asuntos electorales, estaba presidida por Iliumyínov y moderada por su presidente adjunto, el griego Georgios Makrópulos, quien también ha formado parte de su equipo de campaña”, según el reporte de Leontxo García publicado en el periódico español El País.
Lo que sí está claro: ambos basaron sus candidaturas en las posibilidades monetarias que cada uno podía aportar al ajedrez. Kaspárov prometió en caso de salir victorioso una inversión de diez millones de dólares proveniente de los bolsillos del estadounidense Rex Sinquefeld, quien estaba sentado a su lado.
Iliumyínov no se quedó atrás y “subió la subasta” hasta los 20 millones de dólares. “Lo que ofrece Sinquefeld está muy bien, pero en Kalmikia (república autónoma rusa de la que procede), también tenemos gente rica”.Después continuó el show, que podríamos calificar de político, sus palabras de compromiso para toda la vida con la FIDE y la invitación al candidato derrotado a trabajar junto a él.
“Es un día muy triste para el ajedrez (…) Confiaba en que la mayoría de los delegados fueran receptivos a mis ideas”, añadió Kasparov a El País.
Cuatro años como mínimo continuará Iliumyínov, quien venció en las elecciones pasadas al excampeón mundial Anatoli Kárpov.
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