Una opción utilitaria y amena tiene lugar por estos días del caluroso agosto en Santiago de Cuba: talleres de Origami (manualidades con papel) con acceso para todos los interesados sin límite de edad.
La propuesta, liderada por la facilitadora Mirna Figueredo Silva, experta en Origami y coordinadora del proyecto Universo de papel, se desarrolla en el Balcón de Velázquez, un espacio ubicado en el corazón de la cuatricentenaria urbe santiaguera.
Cuatro grandes temas de Origami ocupan cada martes y jueves de los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos matriculados en el taller, dígase Mi zoológico personal (confección de aves, peces, insectos y otros animales), El encanto de los mensajes (confección de postales, sobres y cajitas de regalos), Haciendo mis propios juguetes (objetos para el entretenimiento) y Origami utilitario (ideas prácticas y bellas para la ornamentación del cuarto infantil y otros lugares de la casa.
Esta propuesta creativa y interactiva forma parte del amplio plan de verano organizado en esta provincia del suroriente del país con el concurso de diversos organismos e instituciones con el objetivo de facilitarle al pueblo opciones de ocio.
El Origami, conocido también como papiroflexia, es una técnica milenaria, de origen japonés, que consiste en diseñar y confeccionar con papel diversas figuras, las que una vez conformadas despiertan la sorpresa y la admiración de quienes las contemplan por la belleza y la perfección que alcanzan.
