La semana última se reunieron en Veracruz los jefes de misiones de las 31 comitivas que animarán, del 14 al 30 de noviembre próximos, los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe. Mientras ocurrían las sesiones de trabajo, la cita ingresó en los 100 días finales de su organización, algo así como una carrera de alta velocidad en busca de la meta. Hoy restan 95 jornadas para el encendido del pebetero.
La preparación del evento ha transitado por etapas muy complejas, debido a dificultades con el presupuesto, su mala ejecución, atrasos en la construcción y remodelación de la infraestructura, y tensiones para contratar servicios de transporte, televisión y otros.
En este momento hay muchos nudos desatados, pero sobreviven tensiones porque las acciones constructivas andan por un 80 % del plan y varios recintos serán entregados a inicios de noviembre, sin tiempo suficiente para ser probados. Medios de comunicación y actores políticos han lanzado inquietudes en materia de seguridad, en tanto otros comentan los “pro y los contra” de la decisión más radical tomada en el reciente cónclave, con la venia de los países miembros de Odecabe: las delegaciones se hospedarán en hoteles de las ciudades sedes y no en las villas que se construían.
El comité organizador (Cover 2014) ha dicho que de esa forma los servicios a los atletas, entrenadores y jueces serán excelentes, que estos podrán “interactuar” más cercanamente con los veracruzanos y que las empresas hoteleras y de restaurantes recibirán notables inyecciones de capital.
Sin embargo, la alternativa se antoja más como salvavidas ante la imposibilidad y baja factibilidad económica de acabar en tiempo y forma las villas en la urbe principal y en Jalapa, y abre lógicas preocupaciones sobre la articulación adecuada de los servicios de transporte y seguridad, entre otros.
De todas formas, el Cover confirma que todo marcha según lo previsto y hasta el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, le ha dado un espaldarazo recientemente: “Vamos a proyectar desde esta justa deportiva toda la riqueza de nuestro país. Esta competición es parte de un período de grandes cosas”, expresó el mandatario.
Por esos rumbos anda hoy la fiesta de Veracruz, en un país que tuvo el privilegio de inaugurar estos Juegos —los regionales más antiguos de la historia— en 1926, y que los recibió además en 1954 y 1990, siempre en el Distrito Federal.
Las semanas venideras serán tensas e intensas, pero cuando por fin arda la llama centrocaribeña, todas las miradas de la región y un poco más allá se dirigirán a los atletas y sus logros. El regreso de Cuba a los Juegos, tras ausentarse a Mayagüez 2010, y su seria porfía versus México serán los platos fuertes. Ambas naciones han dicho que triunfarán y ello resulta emocionante. Ya comentaremos…