La Asociación José Martí se fundó en 1987 con los objetivos de fortalecer los vínculos culturales y solidarios con el pueblo de Cuba, señala David Rodríguez Fernández, su actual presidente, quien refiere al respecto:
“Había tradición de vinculación con las asociaciones hispanosoviéticas, las de amistad con los países del Este, estas más bien de carácter ideológico, pero en Valencia la solidaridad con Cuba siempre ha estado un punto por encima debido a una relación cultural, histórica, incluso familiar, porque Mariano, el padre de José Martí era valenciano, y este último, de pequeñito, residió varios años en nuestra ciudad.
“Somos una organización pequeña, de unos 200 miembros, cuya directiva, en su mayoría joven, está integrada por un presidente, dos vicepresidentes, tesorera, secretaria, y seis o siete vocales. Es un equipo con muchas ganas, mucha ilusión, cuyo trabajo está dirigido a apoyar a Cuba, por supuesto en la denuncia al bloqueo, a los intentos de agresión a su soberanía, y desde el año 2000, a la batalla por la liberación de los Cinco Héroes.
“A partir de 1996 nos dedicamos a denunciar la llamada posición común europea, aquel gesto infame que el entonces presidente José María Aznar lidereó recogiendo la invitación de sus amigos de Miami; y también a la faceta puramente de cooperación al desarrollo, en la época dura del período especial, cuando se mandaban muchos contenedores y donaciones”.
David, quien en estos momentos realiza su décimo segunda visita a la isla, comenta que en la actualidad la Asociación se dedica, en lo fundamental, a sensibilizar al pueblo valenciano en torno a la realidad de Cuba y el proyecto socioeconómico de su Revolución.
“Con ese objetivo organizamos ciclos de conferencias y cine, exposiciones fotográficas, brigadas solidarias que vienen aquí a conocer e intercambiar. Y claro, no van a decir que este es el paraíso, pero pueden comprobar que tampoco es el infierno, como dicen por allá. De esa manera les propiciamos constatar personalmente la realidad, comprobar la voluntad del pueblo cubano y su lucha, y con ello contribuimos a desmontar toda la campaña mediática que hay en torno a eso.
“La idea de crear las brigadas solidarias surgió y se materializó en 1999, cuando un grupo de admiradores de Silvio Rodríguez, muy vinculado al movimiento de la trova, decidió venir a San Antonio de los Baños para sumarse a un proyecto de limpieza del río Ariguanabo, apadrinado por él, concretamente en la zona de recreo de Ojo de Agua, deteriorada como consecuencia del período especial.
“Ya han venido 15 brigadas, siempre en el verano, y desde el año 2000, cuando nos incorporamos, mi esposa, Amparo, y yo lo hemos hecho en 12 oportunidades, pues en dos ocasiones decidimos ir a Venezuela y Bolivia para conocer directamente los respectivos procesos que allí acontecen.
“En realidad, el trabajo voluntario que realizan las brigadas es muy simbólico, porque el objetivo que perseguimos con ellas es la relación, la vinculación, el conocimiento de la realidad cubana, para luego transmitirlo allá, hacer como de altavoces de lo que conocemos aquí, pues hoy en día los medios manipulan el tema Cuba y el proceso de América Latina, les dan la vuelta, y solo sacan lo feo, nunca lo bonito y lo bueno. En eso centramos nuestro trabajo solidario”, concluye David.