Por Lisset I. Ricardo, especial para Trabajadores
Buenos Aires.- Aunque debutó en el Grand Prix (GP) anterior con solo 13 años y sorprendió ante equipos como Italia, Rusia, Holanda y Brasil, en esta versión Melissa Vargas ha dejado boquiabiertos a rivales y espectadores, sobre todo por su impresionante ataque.
La niña cienfueguera de 1,92 metros de estatura ha probado que no solo remata como un trueno, sino que está lista técnicamente para bloquear, defender, recibir y sacar. Por su inexperiencia en grandes competencias no puede estabilizar aún su eficacia, pero cuando lo logre su potencia e inteligencia le dejarán grandes dividendos.
Pese a las siete derrotas y un solo triunfo de Cuba en este GP —al cierre finalizaba la última fase contra Argentina—, Melissa ha sido casi siempre la máxima anotadora de los partidos, razón por la cual marchaba tercera del segundo nivel con 128 tantos.
«Este GP ha sido una experiencia muy buena, me impresionaron el equipo de Holanda y por nuestro continente Argentina, en especial su pasadora Yael Castiglione y la central Emilse Sosa», respondió tímida mientras el fisioterapeuta Tarik Valdés hacía su labor. “Con relación a las fases anteriores he visto bien a nuestra selección, y en lo personal he mejorado bastante en el bloqueo y la defensa», agregó con la vista fija en los animados que pasaban por la TV.
Me dedica unos minutos más y afirma que nunca la habían enviado al banco durante un juego, como sucedió hace una semana en Trujillo frente a Perú, plantel que la silenció desde el pitazo inicial: «Tengo que concentrarme más y no salir tan confiada, ponerme de lleno para las contrarias porque me han estudiado. La decisión del profesor Juan Carlos Gala me dolió, pero la entendí”, expresó.
El sábado último, sin embargo, la historia cambió: Cuba estuvo cerca de vencer a las peruanas en el tie break y nuestra chica les endosó 25 puntos. Entonces la provoco cuando indago si es tan buena en los entrenamientos como en los partidos. «A veces me distraigo, pero entiendo que si entreno mejor aportaré más al equipo y no solo en el ataque. Me gusta bloquear y realizar el servicio con potencia, pero a veces le doy mal a la bola y fallo”, reconoció.
Esta joya del voleibol internacional disfruta mucho sus ataques y asegura que el público no le presiona, esté a favor o en contra. Pronto cumplirá 15 primaveras (16 de octubre) y habrá fiesta en la Escuela Nacional de Voleibol. Reconoce a sus compañeras como sostén importante de su carrera, y a cambio se esfuerza por ser la bujía inspiradora del grupo. Sueña, por supuesto, con merecer algún día el calificativo de Espectaculares Morenas del Caribe.