La Reina de las frutas no ha reconquistado el trono plenamente en la llanura de Ciego de Ávila.
Aunque, al sur de esa central provincia, los trabajadores movieron con más agilidad sus manos, como fichas de ajedrez, hasta que le dieron “jaque” al sofocante calor este verano para completar más de 500 toneladas de piña fresca con destino a la exportación.
Así va revitalizándose este negocio que surgió en tierras avileñas por los años 30, del pasado siglo, cuando terratenientes cubanos introdujeron el cultivo aprovechando la coyuntura de la caída de las producciones en tradicionales países exportadores a los Estados Unidos.
Cientos de caballerías fueron sembradas cerca de la actual capital provincial. Parte de la cosecha era enviada a la nación estadounidense y la otra procesada en fábricas conserveras construidas en la zona.
No obstante las punzantes hojas, muchos desempleados se ofrecieron como labradores en la etapa capitalista. Con el triunfo de la Revolución, el personal tuvo mayor garantía de medios especiales para su protección. Ahora la Reina se reanima con el programa de desarrollo de los frutales.
“Jaque mate”
Agotadora, pero inaplazable resultó la tarea de mantener la tradición piñera en el período revolucionario. La década de los 80 fue espléndida en récords productivos, por lo que la agradable presencia de la piña la convirtieron en símbolo de esta región.
Sin embargo, no pudo coronarse el propósito de la recolección de Un millón de quintales. La aparición del período especial destronó los pronósticos. Tanto se deprimió el cultivo que casi desaparece, alcanzando solo 300 toneladas en un año.
De manera que tardará la posibilidad de acercarse al pico productivo de 30 mil 231,8 toneladas acopiadas en 1991. Mas, los resultados del colectivo laboral devienen hoy “jaque mate” al bloqueo imperialista contra Cuba.
Tal vez no retorne ni una rodaja al mercado norteamericano; en cambio, ya se abre paso la comercialización de la piña avileña en países europeos, fundamentalmente en Italia y España, con un ingreso superior este año a los 199 mil 300 dólares.
“Pretendemos cerrar diciembre venidero con más de 800 toneladas exportadas, y cumplir los compromisos de entrega para el consumo de la población, la industria y el turismo”, declaró Reinaldo de Ávila Guerra, jefe de la brigada productora de piñas.
“Nos alienta que con la MD2, variedad más codiciada en el mundo y un rendimiento potencial de 120 toneladas por hectárea, hemos logrado 112 en algunos lotes; la Española Roja ha llegado a 52 en varias parcelas, lo cual constituye récord; y 20 se alcanza en el sector campesino, resultados acordes con el paquete tecnológico que les vendemos”.
Nadie come cascarilla de piña
El sol calienta demasiado, pero nadie abandona los surcos. “Hay mucho que hacer como para ponernos a comer cascarilla de piña”, comenta Deisy y continúa arrancando hierbas junto a Anaelis, su compañera de faena en la finca 183.
“Aquí sacamos y clasificamos las posturas, regamos abono, sembramos, podamos, cosechamos, todo lo que haga falta a la par de los hombres”, afirma Milda, una de las más experimentadas de una brigada que integran María Esther, Yaimí, Niurka, Yusbeidy y otras compañeras.
Las mujeres contribuyen a que se exporte más del 70 % de la MD2 cosechada, y se envíen a la industria las que no cumplen los requisitos de tamaño, peso, uniformidad entre el fruto y su corona, madurez acorde con la exigencia del cliente…
Determinante también ha sido en los resultados, la ayuda de un joven panameño nombrado Severo, a quienes todos le llaman Bucana. “Hemos superado la meta de las 80 toneladas por hectárea como promedio general, algo muy importante es que la nueva variedad aquí es más resistente a las plagas y se ha adaptado perfectamente al clima de Cuba”, explicó el asesor.
Y en el empeño común por poner a la Reina en lo más alto del trono, está presente también la función de la sección sindical, representada por Julián Boris, quien aseguró que “todos los meses realizamos la asamblea de afiliados, hace mucho tiempo no hay quejas, la administración se preocupa por la atención integral a los obreros, por eso aquí todo el mundo está concentrado en su trabajo”.
Las oportunidades tocan a la puerta
A pesar de que las áreas estatales han sido beneficiadas con sistemas de riego de agua, Rey reconoce que las labores integrales en los piñales carecen en la actualidad de modernas tecnologías que deberán adquirirse con las nuevas inversiones.
“A finales del presente año –argumentó– debemos recibir las primeras maquinarias, entre las que se prevén asperjadoras, planta cosechadora y para tratamiento de semillas, trailer destinados al traslado de las frutas frescas y los hijos para la siembra, etcétera.
“El objetivo es lograr crecimientos sostenidos, incluso con menos áreas y mayores rendimientos agrícolas, para cumplir el Lineamiento 195, de la política económica y social del país, porque estamos comprometidos a mantener en el mercado internacional la piña avileña, una de las frutas que tradicionalmente Cuba exportaba”.
Así la Reina pretende reconquistar para Ciego de Ávila el título de tierra de la piña.