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Un palacio para Hispanoamérica

En los primeros metros del concurrido Malecón Habanero, se levanta el Palacio de las Cariátides —Malecón No. 17, entre Prado y Capdevila— donde desde hace 10 años radica el Centro Hispano- Americano de Cultura (CHAC), adscrito a la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHC) y especialmente dedicado a exaltar los valores de la cultura cubana, formada de la heredad de otras muchas, como la ibérica y la africana.

El CHAC está dirigido por el respetado escritor, poeta, ensayista y profesor universitario Ernesto Sierra Delgado (Güines, 1968), Máster en Investigación en Letras y Humanidades (Universidad de Castilla-La Mancha, en la cual cursa su doctorado). Afable, culto y alegre, el aún joven directivo promueve allí un sano ambiente encaminado a ganar el interés de los visitantes, quienes en el majestuoso edificio admirado por sus columnas exteriores con rostros femeninos (en lugar de capiteles), disfrutan de disímiles programas inspirados en los de la memorable Institución Hispano Cubana de Cultura, fundada en 1926 por el polígrafo don Fernando Ortiz, quien aglutinó a lo más relevante de la intelectualidad progresista de su tiempo.

“El centro difunde las expresiones culturales —cultas y populares— de la América hispana y de España, vistas tanto en sus relaciones históricas como actuales, así como estimula la creación artística en ese contexto cultural”, explicó Sierra, también licenciado en Letras y Literaturas Hispánicas, por la Universidad de La Habana (1991).

Dijo, además, que “entre sus atracciones cuenta, en el primer piso, con la galería Cernuda1, para exposiciones transitorias, la cual alterna con una pequeña sala de cine. Igualmente dispone, en la planta alta, de la confortable y muy bien equipada sala-teatro, con 200 butacas, que lleva el nombre de la poetisa y novelista cubana Dulce María Loynaz (La Habana, 1902–1997).

El inmueble de estilo ecléctico que hoy ocupa el Centro Hispano-Americano de Cultura se construyó en 1924 para ser sede de la sociedad de recreo Unión Club, con filiación masculina. Fue ocupado en los primeros años de la década de los 60 por las Brigadas Cobarrubias, integradas por trabajadores de las artes escénicas, que llevaban obras de teatro y espectáculos artísticos a intrincados lugares del país. En los 70 desaparecieron estas brigadas, pero el edifico continuó como sede del Teatro Lírico Nacional. Durante esa década y la siguiente, debido al uso indiscriminado, unido al desgaste por el clima, provocaron su deterioro casi total. En los años 90, la OHC lo incluyó en el llamado Portal de La Habana, y en 1995 se inició su rehabilitación para destinarlo al Centro Cultural de España, bajo los auspicios de la embajada de ese país. Cerró en el 2003, motivado por la hostilidad del Gobierno del presidente José María Aznar contra Cuba. Tras un segundo remozamiento financiado por el Estado cubano, el 10 de mayo del 2004, el Palacio de las Cariátides reabrió sus puertas como sede del Centro Hispano-Americano de Cultura, adscrito a la OHC. Las atrayentes columnas de la Casa de las Cariátides se imponen en la fachada para rememorar la arquitectura clásica griega. Foto: Ubail Zamora, especialista
en música del CHAC | fuente: Miriam Montes de Oca Torres, especialista en promoción de actividades culturales.

“En ese piso radica la biblioteca especializada en literatura y arte hispanoamericanos. Su fondo abarca libros, boletines electrónicos, publicaciones seriadas e información en soporte digital. En ese lugar funciona la sala de navegación para profesionales de la cultura suscriptos al Centro de Información”, añadió Sierra, quien destacó el nivel profesional de los trabajadores del centro.

Incluida en el proyecto Rutas y Andares, que cada verano auspicia la OHC, el director del CHAC dijo que “la actual edición de la Ruta Especial Hispanoamérica: de lo clásico a lo contemporáneo, estará dedicada a la cultura de los pueblos de esa región, en honor al nombre y la razón de ser de nuestro Centro”.

La recurrente práctica de Sierra como funcionario y estudioso del mundo hispano, le han permitido reestructurar con éxito el trabajo del CHAC, mediante proyectos encaminados a su mayor inserción dentro del variopinto panorama de la cultura nacional, en el que era pálida su referencia.

Por la calidad de sus servicios, el CHAC continúa siendo un sitio de referencia en las artes, la literatura y, en general, de la cultura hispanoamericana, “a través de eventos, conferencias, conciertos, espectáculos, exposiciones y cursos que propician el mejoramiento de la vida emocional y cultural de la comunidad”, dijo Miriam Montes de Oca Torres, especialista en promoción.

La joven y versátil Danislady Mazorra Ruiz, experta en artes plásticas, destacó que entre las novedades para esta temporada estival se encuentra la apertura de la exposición A ambos lados del Atlántico, coordinada con el Museo Nacional de Bellas Artes, la cual constituye una relevante propuesta de la Ruta del 2014.

“La muestra reúne 25 obras de autores españoles, mexicanos y cubanos de distintas corrientes del siglo XX, en un diálogo que revela elementos culturales que nos unen. Entre los artistas se destacan Picasso, Miró, Rivera, Orozco, Amelia Peláez, Arístides Fernández, Carlos Enríquez y Fidelio Ponce, entre otras grandes figuras. Es la celebración perfecta de los diez años del Centro Hispano- Americano de Cultura, a favor de la promoción y el fomento del arte hispanoamericano”, enfatizó la joven creadora.

1 En recordación de Luis Cernuda Bidón (Sevilla, 1902–México, D.F., 1963), destacado poeta y crítico literario español.

Ernesto Sierra es un laureado intelectual, inmerso ahora en la terminación de dos poemarios. Fue director de Ediciones Cubarte (2008-2013); de Literatura del Instituto Cubano del Libro (2002- 2004); de la biblioteca de la Casa de las Américas (1994-2002), entre otros muchos cargos, amén de su producción literaria y ensayística, desde la década de los 90. Retornó al CHAC en el cual se desempeñó como especialista literario entre los años 2004 y 2008, período en el que también fue editor de la revista La Jiribilla. Ejerció como Instructor no graduado en Latín, en la Universidad de La Habana (1986-1991). Domina los idiomas inglés, francés y portugués. Mereció el premio Pinos Nuevos (1996), con su libro La doble aventura de Adán Buenosayres (ensayo). Ha publicado varios ensayos y cuentos, y sus poemas aparecen en numerosas antologías. Artículos suyos se encuentran en periódicos y revistas cubanos y extranjeros. Ha dictado cursos y conferencias en Latinoamérica, Europa y los Estados
Unidos. Es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, de la Unión de Periodistas de Cuba, de la Asociación Internacional de Hispanistas y de la Asociación
Canadiense de Hispanistas. Foto: Danislady Mazorra Ruiz
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