Pinar del Río.- Hace exactamente un año, en estas mismas páginas hablamos de las “espinas de un tope”, a raíz de la barrida propinada a nuestra selección nacional en cinco partidos celebrados entonces en tres ciudades estadounidenses. Hoy, devuelto el golpe, la pregunta clave es: ¿lo hicimos con la misma moneda?
A diferencia de lo que hemos hecho en la historia de estos topes, esta vez el equipo cubano estuvo conformado por peloteros jóvenes —lo ideal hubiera sido todos menores de 23 años como pidieron los norteños—, y solo algunos de ellos reunían experiencia en eventos internacionales de envergadura como Frank Camilo Morejón, José Miguel Fernández, Raúl González y Yordan Manduley.
Para quienes olvidan rápido las cosas y gustan de discutir con recuerdos, nada mejor que argumentos precisos. En el 2013 apenas dimos 29 hits, nos poncharon 55 veces y nuestro average fue de 210; ahora logramos 38, 32 y 262, respectivamente. Además, nuestra defensa se comportó pésima, con 15 robos de base en 16 intentos a nuestros receptores y siete pifias, cifras que este 2014 bajaron a solo tres bases robadas y dos marfiladas.
Hasta aquí lo cuantitativo, que da para más interpretaciones como son un mejor y más preciso trabajo en la preparación previa, lectura correcta de los problemas afrontados hace un año, pero sobre todo, mucha confianza en que talento tenemos de sobra en Cuba para imponernos en cualquier evento, a pesar de la sangría de jugadores que otras ligas del mundo nos roban con los millones de dólares imposibles de pagar en nuestras Series Nacionales.
Sin embargo, hay más elementos o lecciones de esta barrida —tercera de Cuba en estos topes tras las conseguidas en 1989 y 1994— que no son para vanagloriarse, sino para que técnicos y directivos los estimulen y potencien de cara al futuro inmediato.
Son ellos la recuperación de la alegría y el divertimento de los peloteros en el terreno de juego; las demostraciones convincentes con el uniforme nacional de Ramón Lunar, Luis Yander la O, Yadier Hernández, Yordan Manduley y Guillermo Avilés (canteras visibles para el IV Clásico Mundial del 2017), así como la natural maduración de Norge Luis Ruiz, Julio Alfredo Martínez y Yusmel Velázquez, tres abridores de lujo si se cuidan sus jóvenes brazos.
Si alguien piensa que todo está concluido o feliz porque corrimos mejor las bases, bateamos rectas de 96 o 97 millas o producimos carreras a partir de cualquier error del contrario, ahí mismo este tope deja de tener el valor que encierra. La fórmula Urquiola-Víctor o viceversa puede rendir todavía mucho más en función de ganar los torneos que les debemos a la afición, de ahí que debiera mantenerse unida el resto del ciclo, con evaluaciones periódicas.
La última imagen y Colombia
Con pitcheo combinado de Yasiel Sierra y Vladimir Gutiérrez, y oportuno hit de Yadiel Hernández en el sexto inning, este domingo concluyó el tope con la quinta sonrisa (1-0), lo cual fue valorado por su mentor como “una barrida que ojalá sirva para impulsar muchos cambios que debemos hacer en nuestro béisbol”.
También conocimos, vía Internet, la nómina del equipo Cuba que nos representará en los primeros días de agosto en un torneo por invitación en Colombia. Receptores: Frank Camilo Morejón y Lorenzo Quintana. Jugadores de cuadro: Ramón Lunar, William Saavedra, José Miguel Fernández, Andy Sarduy, Alexander Ayala, Ángel Miguel Fernández, Michel Enríquez, Luis Yander la O y Raúl González. Jardineros: Roel Santos, Maikel Cáceres, Yadiel Hernández y Víctor Víctor. Lanzadores: Norge Luis Ruiz, Yoanni Yera, José Ángel García, Yosvani Torres y Vladimir Gutiérrez.