Este fin de semana, en la ciudad mexicana de Monterrey, Cuba retuvo su corona en los campeonatos Centrobasket (F), Yamara Amargo resultó elegida como jugadora más valiosa de la lid y el equipo consiguió su clasificación a los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2014, los Panamericanos y el Campeonato FIBA Américas de 2015; una excelente cosecha para las dirigidas por Alberto Zabala.
Las cubanas llegaron al torneo como favoritas, gallardete apuntalado con las victorias en la fase de grupos sobre El Salvador (78-31), Islas Vírgenes de los Estados Unidos (60-50) y Jamaica (76-48); para luego despachar en semifinales a República Dominicana (71-44) y doblegar por el oro a las puertorriqueñas (58-47), reeditando de esa manera la final anterior del evento en 2012.
Ya en la discusión del título fue decisiva la ventaja obtenida por Cuba en el primer parcial (15-6), pues el segundo y el cuarto dibujaron abrazo a 14 y 13 cartones por bando, respectivamente.
Así, con ofensiva liderada por Amargo con 19 puntos y los 23 rebotes con que se quedara Clenia Noblet durante el choque, Cuba afianzó su hegemonía en el área y calienta ya los motores para enfrentar su regreso mundialista a partir del próximo 27 de septiembre en Turquía.
En colectivo, el plantel cubano promedió para un 63.6% de aciertos en el cobro de libres, cifras por debajo del rendimiento acostumbrado por las nuestras en ese casillero. En tanto, solo consiguieron encestar el 39.9% de los disparos de campo, perdieron 79 balones y apenas robaron 48 a sus rivales. Todo ello en cinco partidos.
El punto fuerte de las monarcas estuvo en el dominio mostrado bajo las tablas, donde fueron el equipo con más rebotes conseguidos en la lid (222) aunque las centrales Marlene Cepeda y Clenia Noblet anclaron como quinta y sexta entre las reboteadoras, respectivamente.
La más destacada entre las líderes resultó Oyanaisy Gelis, quien comandó en promedio de tiros libres con una puntería del 81.3%, fue segunda en asistencias (21) y tercera en anotaciones desde la raya de castigo (13).
A pesar del cetro obtenido el resultado no debe nublar el juicio. México y sus convidados no son, ni por asomo, un medidor efectivo de lo que hallará Cuba en tierras europeas, y estas nuevas experiencias —y tropiezos— deben enriquecer la preparación trazada por Zabala y su equipo de trabajo.
Por otra parte, justa es también la felicitación. En dos meses Europa será un choque de trenes, pero, mientras, la celebración es merecida; al fin y al cabo, seguimos reinando en el área.