Por: Felipa Suárez Ramos y María de las Nieves Galá
Quienes por estos días, y durante todo agosto, visiten el Museo Municipal Manuel Isidro Méndez, en Artemisa, tendrán la posibilidad de apreciar objetos pertenecientes a los hijos de esa localidad que el 26 de julio de 1953 participaron en el asalto a los cuarteles Moncada, de Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo.
Hasta esa instalación cultural que recoge los más trascendentales hitos de la historia local llegó Trabajadores y conversó con su directora, licenciada Marta Troncoso Hernández, quien refirió la existencia allí de objetos de casi todos los participantes en aquella gesta.
“En general, las piezas que tenemos del Moncada, no importa el soporte en que están realizadas, se deben a Nelia Díaz González, hermana de Julio. Mucho antes de que se inaugurara el museo en virtud de la Ley No. 23, de forma particular Nelia se dio a la tarea de recopilar, con los familiares de los moncadistas, objetos y cuanto tenían de ellos.
“Gracias a esa gestión, contamos con una amplia colección que incluye ropa, calzado, objetos hechos por ellos en la prisión de Isla de Pinos —actualmente Isla de la Juventud— y otros que les pertenecían antes de partir hacia la acción; así como muchas cartas, en su mayoría de Ciro Redondo y Julito, por haber sido ella quien se dio a esa tarea. Ya resulta difícil recolectar alguna pieza, pues lo que les queda no lo quieren ceder, porque lo guardan con mucho celo”.
Apunta la directiva que cuanto desde el 2010 se encuentra expuesto con carácter permanente en el Mausoleo a los Héroes y Mártires de Artemisa, pertenece a los fondos del museo.
“Con motivo del aniversario 61 de los sucesos del 26 de julio de 1953, en Santiago de Cuba y Bayamo, exhibimos todo cuanto tenemos en relación con el hecho. Montamos una exposición transitoria que estará abierta hasta finalizar el mes de agosto.
“De ella forma parte una cruz donada al museo por la escuela Eduardo Chibás, de Mar Verde, cuyos alumnos la colocaron en el lugar donde cayó Ciro, muy próximo a ese centro, el 30 de noviembre de 1957. Otra cruz, situada allí también por el comandante Ernesto Che Guevara se encuentra expuesta en la salita-museo del mausoleo”.
Lógicamente, señala, el museo no recibe igual cantidad de visitantes que el mausoleo, pues por su significación nacional, este desborda las fronteras de la municipalidad.
“Tenemos convenios de visitas dirigidas con los distintos organismos, fundamentalmente con Educación; con este último, desde el comienzo de cada curso, además de las referidas visitas, programamos actividades con los niños, inauguración de exposiciones, círculos de interés; por ejemplo, el segundo sábado de cada mes realizamos una actividad denominada El patio de los juegos y el saber, cuyo contenido gira alrededor de los conocimientos que tienen acerca de la historia local”.
Problemas constructivos influyen en que la instalación vea afectado el flujo de visitantes y, por consiguiente, no se le de el uso debido. Según su directora, se les ha informado que para el próximo año el museo debe estar en el plan de inversiones, e indica que existe el interés de buscar otro local, porque de acuerdo con la Ley No. 106 los museos de los municipios cabecera se convierten en provinciales.
“Esto implica disponer de un espacio mayor que permita exponer los logros culturales, en sentido general, de todos los municipios de la provincia de Artemisa, para lo cual es preciso realizar una investigación y aplicar una nueva concepción museológica y museográfica.
“Mantenemos excelentes relaciones con todos los museos. Lo que se nos dificulta un poco es el traslado de piezas museables, pues necesita de condiciones adecuadas.
“Muchas veces eso falla y limita el intercambio con otras entidades similares. No obstante, siempre hemos contado con la ayuda real de los compañeros de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC), y de otros que en determinado momento trabajaron aquí y ahora lo hacen en otros centros”, subrayó.
Indudablemente, el museo requiere de un apoyo total para que pueda cumplir cabalmente con su objeto social: fortalecer la identidad de los artemiseños mediante el fomento de su amor a la historia de la localidad, y fomentar en las actuales y futuras generaciones el amor a la patria, por cuya libertad muchos de los hijos de ese pueblo ofrendaron sus vidas. Solo por acercarlos a sus raíces, bien vale la pena la inversión.
Acerca del autor
Graduada de Licenciatura en Periodismo, en 1972.
Trabajó en el Centro de Estudios de Historia Militar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), en el desaparecido periódico Bastión, y como editora en la Casa Editorial Verde Olivo, ambos también de las FAR. Actualmente se desempeña como reportera en el periódico Trabajadores.
Ha publicado varios libros en calidad de autora y otros como coautora.
Especializada en temas de la historia de Cuba y del movimiento sindical cubano.