A un 90 % de ejecución se encuentran las obras de reparación capital del puente de Bacunayagua, enorme viaducto que en septiembre venidero cumplirá 55 años de inaugurado, considerado el mayor de su tipo en el país y una de las siete maravillas de la ingeniería civil cubana.
Una brigada de obreros y especialistas de la Empresa Constructora de Montajes Especiales (Ecme) lleva a cabo las acciones que se han venido realizando sobre los elementos estructurales y consistieron en restauración de grietas, descorchados, tanto en los pórticos o columnas que sostienen a las vigas y los tableros.
Al ofrecer la explicación, el ingeniero Julio Canito Marrero, especialista principal del Centro de Vialidad de la provincia de Matanzas, entidad inversionista, dijo que se trata de un mantenimiento profundo que por las características y materiales implicados adquiere categoría de reparación capital.
La obra marcha acorde con el cronograma de ejecución y se dan los pasos para acometer lo que sería la última etapa cuando se ejecute la reparación del arco ortopoligonal o estructura central que posee una longitud de 114 metros, la más larga del país en un puente.
Lo anterior requiere trabajar a una altura máxima de 112 metros, señaló Canito, quien expresó que como inversionistas la misión fundamental es velar por el cumplimiento cualitativo de las tareas según la metodología de la aplicación de los productos especiales que se utilizan.
Agregó que un elemento significativo en esta rehabilitación iniciada en el 2011 es el uso de un equipo no estándar para la reparación de puentes diseñado por el ingeniero cubano Carlos Valdés, de la Ecme, y producido por la industria nacional, mediante el cual facilita el desplazamiento de una plataforma (bamba) que asciende y desciende y pasa a través de las columnas sin desmontarlo.
Algunos lo asemejan a una grúa viajera y posibilita a los operarios trabajar en los arcos a los cuales resulta imposible de acceder con andamios.
Para diciembre venidero está previsto concluir la reparación de este puente de 313 metros de largo, ubicado a 76 kilómetros al este de la capital cubana y que sirve de límite a las provincias de Mayabeque y Matanzas.
Concebido por el ingeniero cubano Luis Sáenz Duplace –proyectista principal- fue construido entre 1956 y 1959 e inaugurado el 26 de septiembre de ese año. En aquel entonces era el último segmento que faltaba por terminar en la Vía Blanca, importante ruta turística desde la cual se aprecian parajes de la costa norte del occidente cubano.
Además del monumental panorama que sugieren las estructuras de hormigón vistas desde el mirador adyacente, al norte del puente se divisa el mar en un entorno matizado por la verde y tupida vegetación que ofrece la topografía que acompaña al Valle de Yumurí.