La memoria popular es sabia. Y más si se trata del béisbol. Desde el retorno en el 2012 de las imprescindibles confrontaciones Cuba-Estados Unidos, nuestros peloteros no han convencido a su afición, a pesar de que hace dos años se impusieron en tres de los cinco partidos jugados en el Latinoamericano, en tanto hace 12 meses fueron barridos en tres ciudades norteñas, exámenes que no tuvieron explicación para la mayoría.
Otra vez un grupo de talentosos peloteros de las universidades de Estados Unidos nos visitará desde el miércoles para celebrar cinco partidos amistosos, que tienen reservados, con total justicia, las sedes para el Victoria de Girón en Matanzas (23 y 24) y el Capitán San Luis en Pinar del Río (25 al 27), donde ojalá no falte el espectáculo ni las iniciativas locales.
Sin embargo, lo más importante estará en la dimensión viva que cada conjunto extraiga de esos pleitos. Los cubanos estarán dirigidos ahora por Alfonso Urquiola, quien ha manifestado su complacencia con la preparación hecha en territorio yumurino.
Una formación cubana para el primer pleito pudiera ser Frank Camilo detrás del home, William Saavedra en primera, José Miguel Fernández como camarero, Yordan Manduley en el campo corto y Raúl González en tercera. Roel Santos, Yadiel Hernández y Maikel Cáceres custodiarían los jardines, con Ramón Lunar en rol de designado y Norge Luis Ruiz como abridor desde la lomita.
Por supuesto, no será un manjar aprobar el examen frente a los norteños, quienes solo repiten a dos del pasado año (Alex Bregman y Ryan Burr), y tienen en Christin Stewart, Bryan Reynolds, Dansby Swanson, Chris Okey, Mark Mathias y Zack Collins a seis temibles bateadores, en tanto Tyler Jay, Justin Garza, James Kaprelian y Kyle Funkhouser sobresalen en el pitcheo.
Para sonreír y sacudirnos de la barrida recibida en el 2013 habrá que recuperar el buen corrido de las bases, el sacrifico oportuno sin excedernos, el correcto rol de cada serpentinero y una alineación balanceada en la que todos puedan demostrar sus cualidades sin aferramientos a nombres. Un tope es solo eso, un tope, con el ingrediente de probar jugadores, estrategias y brindar, al mismo tiempo, un espectáculo deportivo de los más esperados en Cuba.
Visitantes llegan campeones
El elenco estadounidense llegará a Cuba luego de coronarse en la Semana beisbolera de Haarlem, con balance de siete éxitos y un fracaso. En la final dominical superaron a Japón 6×3 con triunfo del relevista Tyler Jay y ofensiva oportuna de Nicholas Banks y Chris Okey, quienes empujaron par de carreras cada uno.
Los universitarios norteños suman hasta ahora 23 partidos preparatorios, en los cuales batearon para 285, con 63 extrabases, 10 de ellos jonrones. Sus lanzadores laboraron para 1.28 PCL, con 224 ponches en 203 entradas, mientras los oponentes solo les produjeron para tímido 153. La defensa es el lado flaco del plantel, pues promedia 965, a causa de 30 pifias en 859 lances.