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A favor de un mundo de paz

Foto: Agustín Borrego
Foto: Agustín Borrego

No fue una niña violentada, no obstante Rosa María Ameneiros —más conocida en el ámbito musical como Rochy— lidera desde hace tres años el proyecto Tod@s contracorriente, cuyo propósito es enfrentar la violencia contra las niñas y las mujeres, un fenómeno invisible pero latente en más de una sociedad.

“Tengo una familia superorgánica y ¡lindísima! Mis padres viven en equidad y no existe ningún tipo de machismo. Sin embargo, creo que sí somos violentadas de muchas maneras; lo mismo por un masturbador público que por un acosador en la calle. La propia música, en ocasiones, nos llama locas. No estamos exentas de los efectos de la violencia de una u otra forma”, subrayó a Trabajadores, luego de dialogar con educadores cubanos y extranjeros sobre la  importancia de abordar este fenómeno desde edades tempranas.

“La arrancada del proyecto —explicó— se debe a mi alianza con el doctor Julio César González Pagés, mi amigo personal, quien trabaja estos temas desde hace muchos años. Él fue coordinador general de la red de masculinidades en Cuba, y me ha instado, desde la música, a hacer cosas al respecto

“Creo en la importancia de la vinculación entre la academia y el activismo;  poder unir esfuerzos y voluntades, artistas, educadores; todas las personas que desde los pequeños espacios puedan aportar a favor de la cultura de paz”.

¿Otros apoyos?

“Primero me documenté, cursé talleres de sensibilización. Resulta muy importante estar informado al momento de realizar un trabajo como este, no se puede dar un mensaje errado.  Además, también conté con el respaldo de muchas personas e instituciones, como por ejemplo la directora de la Editorial de la Mujer, doctora Isabel Moya, y del Instituto Cubano de la Música, por mencionar algunos”.

¿Cómo ves este tipo de violencia en nuestro país?

“Hay mucho camino recorrido a favor de la no violencia contra las mujeres. Las cubanas tenemos el aborto garantizado, una organización —la Federación de Mujeres Cubanas— que nos representa, leyes que nos amparan. Sin embargo, vivimos en una sociedad machista y patriarcal igual que otras. Estamos violentando a las mujeres de muchas maneras: en los medios de comunicación masiva, en la música, invisibilizándolas en la Historia. Sutilmente pasan estas cosas, de ahí la necesidad de enfrentarlas.

“Desde la música, que es mi tema, puedo decir que se divulgan canciones con contenidos violentos, con mensajes machistas, discriminatorios. Por eso cada cual desde su especialidad debe sensibilizarse y apropiarse de herramientas para ver cómo puede aportar su trabajo a favor de una cultura de paz”.

En el 2011 algunos integrantes del proyecto realizaron visitas a escuelas, sostuvieron encuentros con los instructores de arte…

“En la gira no solo hicimos los conciertos y los talleres para los instructores de arte, sino para la población en general. Además, realizamos encuentros con mujeres que trabajan en cada provincia —desde la FMC y otras instituciones— el tema violencia, labor que muchas veces se queda ahí y no ocurre nada.

“Visitamos los monumentos que honran la memoria de cubanas de nuestra historia que, en ocasiones, no están en los libros de texto y, en otras, solo trascienden por ser madres de alguna personalidad. Lucía Iñiguez, por ejemplo, fue la de Calixto García; ella luchó por sus derechos, llevó a juicio a su padre pues la vendió a un hombre siendo ella muy joven. Son aspectos que deben conocer las nuevas generaciones.

“Teniendo en cuenta que nuestro proyecto es desde la música, nos pareció importante llevar este mensaje a los instructores de arte, prácticamente niños y niñas que se están formando en las escuelas, y que van a estar insertados en nuestros centros educacionales, casas de cultura, en la labor comunitaria, decidiendo políticas culturales en su pequeño espacio”.

¿Cuál es la vida cotidiana del proyecto?

“Realizamos acciones continuas y específicas, vamos a las escuelas, hacemos talleres, conciertos. Estamos tratando de explicarles a los artistas que se puede brindar cultura al pueblo sin trasmitir música violenta. No tenemos porqué divulgar imágenes sexistas, resaltar el cuerpo de las mujeres, ni caer en los facilismos de la mujer desnuda. Tampoco estamos a favor del feminismo extremista, pero sí de una cultura en equidad, de derechos iguales entre mujeres y hombres”.

 

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