El carnaval infantil de Santiago de Cuba, una iniciativa dedicada a los niños y las niñas, tiene lugar por estos días en la urbe santiaguera convirtiéndose en verdadero preludio de lo que será el conocido Rumbón Mayor, que en este 2014 arriba a 345 años de existencia.
Carrozas, comparsas, paseos y congas en las que los más bisoños santiagueros muestran bailes, cantos y toques de instrumentos musicales desde el pasado 16 y hasta el domingo 20, siempre a partir de las seis de la tarde, por el área de desfiles ubicada en la céntrica avenida Garzón.
Miles de niñas y niños evolucionan ante el numeroso público que ocupa las gradas situadas a uno y otro lados de la arteria, y ante un jurado encargado de evaluar su desempeño y premiar lo más sobresaliente.
En esta ocasión uno de los mayores atractivos resulta la comparsa Sin barreras, integrada por pequeños con diferentes tipos de discapacidad, que por primera vez hace su aparición en estas festividades con una presentación que recrea historias de los más famosos cuentos infantiles.
Más allá de las propuestas del área del jurado, los infantes también tienen a la mano aquellas diseñadas para ellos los tradicionales puntos del carnaval santiaguero, en lo fundamental las avenidas de Trocha y de Martí, con venta de confituras, helados y otras golosinas, las actuaciones de magos y payasos, entre otras cosas.
Para el cierre del carnaval infantil se anuncian sorpresas al por mayor, en tanto el punto final de este jolgorio será justamente el domingo 20 de julio, fecha en que Cuba celebra el Día de los niños.
Fue en el año 1992 cuando se celebró por primera vez el carnaval infantil, ocasión en la que se valoró la importancia de que los más pequeños tuvieran, diferenciadamente, su espacio de expresión cultural ajustado a la tradición carnavalesca.