“Hace días que no hay jabón en moneda nacional, yo no sé pa’ qué lo pusieron si no traen suficiente y al final tengo que morir con el de divisa”. ¿Quién, camagüeyano o no, de vez en vez, no ha exclamado así cuando se destina a las diferentes unidades de productos industriales y no encuentra los artículos de aseo personal en moneda nacional?
Desde enero del 2011 se suprimió la venta de jabón y otros productos subsidiados a la población a través de la libreta de abastecimientos, medida que respondía a la necesidad de aliviar al Estado de lo que ya constituía una carga. A partir de esa fecha el esfuerzo ha sido la palabra de orden para estabilizar esos renglones, pero el éxito no les ha tocado a la puerta.
Los beneficios que trae consigo esta nueva modalidad son miles, pero por la no garantía de la estabilidad, la población se desespera y tiende a acaparar. Y pese a lo que piensan muchos, la Empresa de Productos y Servicios Universales en Camagüey, encargada en el territorio de distribuir la mercancía a las tiendas minoristas, no almacena los productos, pues “lo que llega se distribuye”, como acotó Roberto López García, director general de Mercadotecnia en dicha entidad.
Más adelante el directivo sentenció: “Los problemas de abastecimiento que existen actualmente son provocados porque no se corresponde la necesidad de la provincia con lo que el país entrega. Todos los productos se están elaborando, pero no es suficiente; aunque creo que también puede ser por un problema de capacidades de producción de las fábricas.
“A veces hay dificultad con el traspaso de la industria a nosotros. Si el ciclo de entrega se mantiene estable, nosotros garantizamos el abastecimiento, pero si no es así no podemos distribuirlo y existen estos baches de los que se queja la población”.
Esta variante, cuando se instauró, se concibió para un grupo de tiendas, las cuales se abastecerían constantemente, pero al aumentar la demanda de los productos, así como el nivel de aceptación, la idea se dispersó hacia las bodegas. ¿Esta nueva distribución podía sustentarse con la misma cantidad de materia prima? ¿La capacidad productiva en nuestras fábricas es suficiente?
Al parecer no se pensó en estas posibles consecuencias y en Camagüey de 200 unidades que inicialmente acogían estas ventas los números ascendieron a casi mil.
Algunos productos como el jabón, el cepillo de dientes, la lejía o la colcha para limpiar el piso se pierden por un tiempo y cuando aparecen se acaban de inmediato, ¿a qué se debe esto?
“La venta de estos artículos fue un reto que asumió el país, es parte del reordenamiento económico. Por ejemplo: el jabón no se ha dejado de distribuir en ningún momento, pero creo que se compra indiscriminadamente.
“En el año 2013 hubo un problema serio con las colchas, de meses sin llegar. Las que recibimos son las de importación, decisión del Ministerio, aunque considero que las que se producen aquí son de mejor calidad, pero no abarcan el mercado nacional. Ahora hay, y en almacenes también; pero se ha convertido en un producto de lento movimiento.
“Con el cepillo de dientes para adultos tampoco debe haber problema porque existe y hay una producción estable. El cloro se está sacando, pero, igual que con el jabón, no es suficiente. Nosotros hacemos una solicitud de un litro para cada camagüeyano, pero el país nos asigna una cifra atendiendo a la disponibilidad.
“Además, en Cuba hay una sola fábrica de cloro, la cual abastece al país completo. Por ejemplo este año nos asignaron 150 mil litros de lejía y para el primer semestre se han dado 171 mil 94, 21 mil litros por encima, por lo que debemos hacer gestiones para comprar más”.
Los problemas de materia prima, al parecer, se mantendrán por un tiempo, pero la calidad y la constante distribución de los mismos deben ser tareas prioritarias, como lo debería ser, además, la tarea de tocar el hombro a la reventa de estos productos, tela para otro trabajo porque, como vemos, la demanda aumenta con las necesidades diarias, pero la oferta…
