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Imprimirle otro sello a la filatelia en Cuba

El empleo del sello postal en Cuba responde en primera medida a un fin práctico (trámites burocráticos) no filatélico.
El empleo del sello postal en Cuba responde en primera medida a un fin práctico (trámites burocráticos) no filatélico.

Rosmery Echarri, Tayna Camila Martínez, Claudia Padrón, Andy Muñoz y Alejandro Trujillo (Estudiantes de Periodismo)

De ser el país latinoamericano con mayor desarrollo en la industria gráfica y la emisión de sellos, y de alcanzar por concepto de exportación 2 millones de pesos, Cuba ha pasado a cero en cuanto a las ganancias postales. La filatelia y venta de material postal es un renglón cultural de incalculable importancia, al extremo de ser la principal fuente económica de países como Tonga

¿Puede nuestro país en momentos de ajuste del modelo económico mantener una política postal que solo ofrezca gastos y casi ninguna rentabilidad?

La filatelia cubana se encuentra viviendo sus peores años en cuanto a calidad postal. Son varios los factores que inciden en esta realidad.

Según el Presidente de la Federación Filatélica de Cuba (FFC), José Raúl Lorenzo Sánchez, la salud de la filatelia en nuestro país no es tan buena como quisieran los afiliados a esta asociación.

“En lo que a actividad postal se refiere, nos golpea la calidad de impresión de los sellos, los tiempos de confirmación de entrega de las emisiones y el concepto del diseño. Esto definitivamente condiciona de forma negativa el proceso”.

La situación del plan de emisiones postales es preocupante. Solo en el 2012 la realización de emisiones con temáticas de interés coleccionable y comercial se redujo a cinco de un total de 34 en ese año, con la consecuente pérdida de ingresos por ventas y en detrimento del interés de los coleccionistas.

En este sentido, el especialista señala que sería más prudente no sobrepasar la cifra de 25 emisiones anuales, y declara que alrededor del 60% deben ser de interés coleccionable y comercial para que la filatelia sea sustentable, como lo es para muchos correos en el mundo.

Un ejemplo que ilustra lo poco provechoso que resulta la emisión desmedida de estampillas, lo encontramos en la serie lanzada este año en conmemoración al natalicio del productor tabacalero Alejandro Robaina. La tirada de esta serie tuvo un importe total aproximado de 5 mil CUC —según informe de la empresa gráfica postal a la cual se accedió—, cuando el ingreso que reportó al país la comercialización de sellos en el 2013 a nivel nacional fue solo de 3 mil 300 pesos en ambas moneda, de acuerdo con datos ofrecidos por Correos de Cuba.

El costo de cada emisión varía y depende del número de impresiones que cada organismo e institución requieran. Inclusive al realizar pocas tiradas, la emisión puede tener un valor mínimo de 50 CUC. A pesar de los gastos, se siguen emitiendo sellos de forma desproporcionada.

“Con el paso de los años nos dimos cuenta de que nuestros almacenes eran irrentables, a causa de la cantidad de sellos que teníamos acumulados, sellos que debían estar climatizados, que llevaban chequeos y determinado tratamiento que nos les podíamos dar”, comenta Abel Delgado Riesgo, director de Mercadotecnia en la Empresa Cuba Electrónica, entidad que debiera encargarse de la exportación de estampillas.

La imprenta postal posee una tecnología ya obsoleta.

“Los sellos que tenemos se los hemos dado a Correos de Cuba para que ellos lo adicionen a su patrimonio. Nunca debe haber un stock 0. No se requieren grandes cantidades, pero sí un respaldo que pueda utilizarse en caso de que sea interés comercializarlos”, amplió.

Por su parte, Magalys Alonso, especialista del Departamento de Emisiones Postales del Ministerio de Comunicaciones, puntualiza que ella se encarga de aprobar las emisiones más significativas de acuerdo a las solicitudes de cada entidad.

“En el caso de la Federación Filatélica y el MINREX, que piden como mínimo 11 o 12 emisiones, aceptamos pocas propuestas porque de otra manera no daríamos abasto. Las emisiones que más hacemos son las conmemorativas porque ellas cuentan la historia de nuestro país. A veces se piensa que ellas no tienen carácter comercial, pero aquí todo se comercializa”, afirma.

Sin embargo, este criterio no es compartido por muchos apasionados de la filatelia. Roberto Julián Arango, especialista de la FFC, opina: “Las emisiones conmemorativas tienen singular importancia, pero deben equilibrarse de algún modo con las temáticas, porque son estas las que tienen más interés comercial y costean a las primeras”.

Entre los años 2010 y 2012 se produjeron 20 emisiones de carácter conmemorativo para celebrar las relaciones con otros países y otras 22 destinadas a aniversarios de organismos, cifras que representan el 43%, en contraste con el 36% reservado a emisiones temáticas, según un informe del presidente de la FFC.

Hace más de dos años Cuba no exporta sellos de correos por incompetencias en la estructuración y organización de este proceso. De acuerdo con un informe de la FFC, esta situación ocasiona al país pérdidas anuales valoradas en más de 200 mil CUC.

Un acontecimiento que perjudicó la exportación de este rubro fue la fusión de la empresa comercializadora de productos filatélicos, COPREFIL, dedicada exclusivamente al mercadeo de sellos, funciones que desde el 2009 asumió Cuba Electrónica.

“Cuba Electrónica es una entidad importadora-exportadora de productos para la electrónica. Al no pertenecer los sellos a este grupo quedaron en un segundo plano. Las dificultades comenzaron después con Correos de Cuba, a consecuencia de una deuda con COPREFIL desde hacía unos años. Esto originó el atraso de las producciones y las entregas, y por ende la pérdida de clientes en Japón y Europa principalmente”, asegura Abel Delgado Riesgo.

Cuando el mal es de imprimir

Las malas condiciones técnicas, la escasez de materias primas y la explotación de maquinaria obsoleta también lastran la efectividad del plan de emisiones postales. Guillermo Verdecia Hernández, Director de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Gráfica Postal, nos explica que la imprenta fue inaugurada en los años sesenta y desde entonces no ha tenido remodelaciones, excepto en algunas áreas que se han cambiado. En estos momentos la unidad trabaja en las mismas condiciones en las que comenzó.

“Nuestra tecnología está obsoleta, de una marca que todavía existe, pero los componentes que demandamos ya no se fabrican. Esto es grave porque a veces conseguir una pieza es más caro que una máquina nueva”.

Sobre los problemas técnicos, Mariano Flores, director comercial de Correos de Cuba,afirma que los proyectos de esta empresa están pospuestos porque la industria de impresión lo impide. “Tenemos aprobado la fabricación este año de cinco millones de sobres franqueados, es decir, el sobre que ya viene con el sello, porque solo vendemos sobres blancos, y disponemos de una máquina para hacer este trabajo”.

“Antes Cuba adquiría el papel a través de Francia, pero surgieron obstáculos por el carácter extraterritorial del bloqueo del gobierno de los Estados Unidos, y tuvimos que recurrir a otros proveedores, en este caso España. Esto afectó la calidad del papel y por consiguiente de las impresiones”.

Más allá de los problemas de impresión, hay condiciones inadecuadas para la producción de los sellos, como pueden ser la variabilidad de la temperatura.

“Antes contábamos con deshumificadores, pero estos se han deteriorado. Los salones de impresión tampoco se encuentran hermetizados, aunque si se trabaja con aire acondicionado. No podemos controlar la humedad. Estas condiciones afectan la salida de los sellos”, agregó.

Según el director de la UEB Gráfica Postal cuentan con alentadores proyectos. Uno de ellos es la modernización del equipamiento. El monto estimado que se requiere es de 559 mil dólares: “Con la propuesta al Ministerio de Comunicacionespretendemos desarrollar propaganda de emisiones, la impresión de sobres a color y de paquetería, diversificar las opciones en la impresión de sellos teniendo en cuenta las tendencias y reclamos del mercado. Este sería un buen comienzo para reanudar la exportación de sellos”, concluyó.

El último cuño de la carta

El plan de emisiones, su ejecución y comercialización son aspectos que necesitan ser revisados en el escenario actual.

De no ser así, se seguirán comprometiendo los posibles ingresos para la economía nacional, y continuará la pérdida inútil de recursos.

Lo primero que debe cambiar son las concepciones. ¿Cómo es posible que en el departamento de emisiones postales solo labore una persona, sin suficiente asesoría técnica?

Actualmente se tienen pensadas varias modificaciones para la Ley 1106, que da al Ministro de Comunicaciones las facultades para realizar sellos como valores de Estado. Al mismo tiempo, la Empresa de Correos de Cuba, junto a la FFC, cuenta con una estrategia de marketing para rehabilitar la venta de sellos, la creación de sellos empaquetados, juegos completos y colecciones.

“Queremos potenciar en las diferentes provincias que se vendan, y así que la actividad de la filatelia se convierta en una fortaleza, a partir del prestigio que ella tiene en Cuba”, afirma Mariano Flores.

Si las inversiones y reparaciones dependen de la erogación del Estado, hay también muchas fortalezas que podrían revertir la situación postal.

Cuba, envuelta en la actualización de su modelo económico en busca de la eficiencia con los pocos recursos que posee, no puede permitirse que en una actividad tan universal, culta y con tradición en el país, se desaproveche el ávido mercado nacional e internacional del sello.

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