El término Bric surge en el año 2001, cuando fue acuñado por el economista Jim O‘Neill, para hacer referencia al bloque de aquellas economías emergentes que previsiblemente marcarían el devenir económico y político del siglo XXI.
Originalmente armada por Brasil, Rusia, India y China, esta comunidad se configuró oficialmente en el año 2008. Dos años más tarde Sudáfrica fue convocada a sumarse y se estructuraron así los Brics.
El salto económico del grupo ha sido tal que de un comercio entre sí ascendente a 21 mil millones de euros en el año 2002, crecieron hasta 219 mil 400 millones en el 2012, período que algunos califican como la década prodigiosa. Son países que a pesar de la crisis económica presentan niveles de ascenso altos y estables de su producto interno bruto (PIB), y sus dirigentes opinan y no sin razón, que las instituciones que rigen el orden económico a nivel planetario (el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional), surgidos de los acuerdos de Bretton Woods, son organismos que defienden exclusivamente los intereses económicos estadounidenses y de las potencias industrializados.
Ante la falta de cambios en estos organismos, buscan nuevas formas que reflejen la actual realidad internacional y para ello plantean dos entidades nuevas: primero, la creación de un Banco de los Brics, que en principio contaría con un fondo inicial de unos 50 mil millones de dólares, con la función de contribuir a las crecientes necesidades de financiación de los países emergentes y en vías de desarrollo, para el logro de infraestructuras básicas que les permita desarrollarse; segundo, la formación de un mecanismo de reservas de monedas extranjeras, al cual se pueda acudir en casos de crisis financieras. Este estaría dotado de unos 100 mil millones de dólares y conseguiría dar autonomía a los Estados emergentes, para que pudieran hacer frente a las dificultades de sus balanzas de pago, y más adelante, a otras naciones de menores recursos.
Al mismo tiempo, desarrollan una política internacional alejada de los parámetros habituales de Estados Unidos y de los países occidentales, lo que ya empieza a suponer un cuestionamiento de la hegemonía norteamericana. Esto se ve claramente en el conflicto de Siria, donde la posición de los Brics impidió una acción directa de Estados Unidos y la OTAN.
Fuentes utilizadas : FMI, OMC, ONU, revista Contralínea y Oficina de Información Diplomática Ministerio de Exteriores, España