Este 11 de julio, cuando el mundo celebra el Día Mundial de la Población, instaurado desde 1988 ―en 1987 se festejó el Día de los 5 mil millones de personas en la tierra ―, Cuba sigue mostrando al mundo que solo es posible alcanzar resultados palpables en función del pueblo cuando existe una voluntad política.
Son relevantes esos indicadores, a 20 años de la Conferencia Internacional de Población de Desarrollo de El Cairo, cuando en 1994, 179 países del mundo se reunieron en El Cario, Egipto, para el análisis de temas cardinales relacionados con la subsistencia de la humanidad.
Allí se acordaron objetivos y medidas concretas en torno asuntos tan complejos como población, desarrollo y educación; igualdad de género equidad y empoderamiento de las mujeres; derechos y salud reproductivas; crecimiento y estructura de la población, entre otros, en los cuales la isla caribeña ya había trazado pautas en esos indicadores.
Para expertos del tema, “lo más significativo fue que cambió el enfoque con que hasta entonces se habían abordado los asuntos relacionados con la población. En esencia, puso al ser humano en el centro de los debates, y la satisfacción de sus carencias más elementales y derechos humanos más legítimos, como premisas para la solución de la larga lista de problemas sociodemográficos que aquejaban y aquejan a la humanidad.
Las políticas trazadas por el Gobierno revolucionario desde enero de 1959, estuvieron dirigidas a garantizar los principales derechos del pueblo. No fue casual la Campaña de Alfabetización desarrollada en 1961, la cual llevó a que Cuba fue declarada primer país de Latinoamérica libre de analfabetismo.
Tan grandes fueron los alcanzados por las mujeres, que con certeza se expresó que había sido una Revolución dentro de la Revolución; el derecho gratuito a la salud llegó hasta los lugares más recónditos y se reconoció el aborto legal, seguro y gratuito, entre otros tantos. Son las mujeres hoy más del 48,8 por ciento de los parlamentarios, el 66 % de los técnicos y profesionales y más del 46 % de la fuerza laboral femenina.
Hoy entre los grandes retos de Cuba está el envejecimiento poblacional. El Censo del 2012 reveló que el 18,3 % de los cubanos tienen 60 años o más. Por otra parte, “nos enfrentamos a un escenario de bajos niveles de fecundidad y mortalidad, con proyecciones de ser el país más envejecido de la región en solo dos o tres décadas”, expresó recientemente el Roberto Álvarez Fumero, jefe del departamento Materno- Infantil del Ministerio de Salud Pública, quien apuntó que desde el año 1978 no hay reemplazo generacional”.
El Gobierno tiene centrado sus “ojos” en esta realidad, y apunta a acciones concretas dirigidas a este asunto. Por ejemplo, tal como se conoció en una de las comisiones del Parlamento cubano, hoy se destinan 66 millones de pesos en inversiones, tanto en infraestructura como en equipamiento y mobiliario no médico para casas de abuelos y hogares de ancianos en la isla, instituciones que resultan insuficientes para la alta demanda que tienen.
El gran reto de Cuba es mantener los resultados alcanzados, en un mundo donde cada vez la especie humana tiene que enfrentar mayores complejidades para su subsistencia