El verano es mucho más que sol abrazador y calor intenso; resulta también una mezcla de divertimento con laboriosidad, en dependencia de la posición en la cual se esté.
En cada territorio del país se ha concebido un programa, caracterizado por la amplitud de opciones y porque considera a todos los segmentos de la población, desde los más pequeños hasta las personas de la tercera edad.
Aunque las ofertas no siempre satisfacen las expectativas de todos, por razones obvias, a la disposición de la mayoría —trabajadores y sus familiares incluidos— está la posibilidad de recrearse y “desconectar” en cientos de centros y lugares preparados con dedicación y a los que les han dado la prioridad requerida en cuanto a abastecimientos y otros elementos que influyen en la garantía de una estancia agradable, en dependencia, claro está, de los gustos, las preferencias y las posibilidades financieras.
Para los trabajadores, específicamente, en algunos lugares del país funcionan centros especializados que les permiten asistir y disfrutar en compañía de sus familiares. No obstante, resulta evidente que las capacidades siguen estando por debajo de la demanda y que no todos los sectores pueden disponer de ofertas similares o al menos, parecidas.
Por otro lado, muchas entidades, por razones diversas que ameritan otro comentario, desaprovechan oportunidades de ofrecerles a los integrantes de los colectivos laborales espacios de esparcimiento en la etapa veraniega, los que no siempre requieren de muchos recursos y sí de la iniciativa creadora y la voluntad de las direcciones administrativas y sindicales.
Alguien me hablaba hace poco de las denominadas Noches cubanas que se han hecho tradicionales los fines de semana en algunos centros y en las que los asistentes disfrutan de una cena con ofertas atrayentes, al alcance de sus finanzas. En ellas, lo más significativo es el intercambio, en tono festivo y fraternal, de los compañeros que habitualmente ejecutan juntos las faenas laborales día tras día y les queda poco tiempo para la recreación y el esparcimiento.
El verano es tan diverso que a muchos les exige un aporte notable en el puesto que les corresponde. Hay sectores claves en ese sentido, como el del comercio y la gastronomía, transporte, educación (muchas escuelas abrirán sus puertas y se convertirán en el centro principal de esparcimiento en los barrios), deportes y cultura, por solo mencionar los más influyentes.