Dejó a todos boquiabiertos. Mientras narraba —y casi actuaba— el cuento infantil, Heidy Jova Palomino se proponía cumplir determinados objetivos en una clase. Lo hizo de una forma tan amena y didáctica que al concluir los presentes estaban maravillados. Se desarrollaba el Primer Taller Nacional de Escuelas Pedagógicas y la joven mostraba sus experiencias.
Proveniente de la Octavio García Hernández, ubicada en la ciudad de Cienfuegos, la alumna de 4º año se preparaba por esos días para defender una clase metodológica y así obtener el título de Maestra Primaria. Un sueño acariciado durante años que próximamente verá hecho realidad.
De la misma manera, Adis Pérez Rodríguez, de la Fulgencio Oroz, en la capital del país, ratificó la valía de este tipo de formación, pues en las aulas se siente feliz. Expresó estar “enamoradísima” del magisterio. La práctica docente la hizo en primer grado en la primaria Nicolás Estévanez Murphy, del municipio de Plaza de la Revolución; y en septiembre próximo, cuando ya esté graduada, piensa retomar el grado para después transitar con sus alumnos.
“Entramos a la escuela con la secundaria vencida y allí durante cuatro años recibimos la preparación necesaria desde el punto de vista pedagógico y psicológico. Mis aspiraciones son continuar estudiando, empezar la licenciatura, y después… hasta el doctorado”, aseveró la muchacha.
Por su parte, Alejandro Ribalta Infante, alumno de la Manuel Ascunce Domenech, de Villa Clara, aseguró que el plan de estudio es muy abarcador y profundo. “A punto de graduarnos las expectativas son muchas. Durante las prácticas en el seminternado Favio Fuentes Moreira empecé a sentir el orgullo de ser maestro cuando los niños me llamaban ‘profe’ y me pedían que les aclarara alguna duda. ¿Planes?, seguir superándome”.
Acerca de la formación
Luego de varios años de haberse interrumpido, la formación de maestros con nivel medio superior para la educación primaria —hoy también incluye prescolar y especial—, retomó su quehacer en septiembre del 2010, como una vía para aliviar el déficit de maestros y coadyuvar al completamiento de la cobertura.
La primera graduación, a efectuarse en el mes de julio, comprenderá más de 4 mil estudiantes, de una veintena de centros pedagógicos de todo el país.
A propósito del tema, la ministra de Educación, Ena Elsa Velázquez Cobiella, ha dicho que esa nueva generación que en breve llegará a las escuelas constituye una “inyección, un reforzamiento”, aunque está convencida de que este primer grupo no dará respuesta a todas las necesidades.
Comentó que la formación va a contribuir a revolucionar la educación en estas edades que son tan importantes. Durante los años de estudios los alumnos tienen la posibilidad de señalar qué elementos faltan en la preparación, y qué más necesitan para poder desempeñarse exitosamente como maestros.
En el presente curso escolar el nuevo modelo de formación de docentes incluyó, aún con poca matrícula, una nueva especialidad: maestro de idioma Inglés para la enseñanza primaria, lo cual irá extendiéndose en la medida de las capacidades y las necesidades.
Directores opinan
Aun cuando Santiago de Cuba no presenta grandes dificultades con la cobertura docente, el director de la escuela pedagógica Pepito Tey, de esa provincia, Juan Carlos Leyva Crespo, reafirma que “retomar la experiencia ha sido una buena idea, porque los estudiantes desde la secundaria básica ya están muy motivados, y eso es esencial en esta sublime profesión de amor. Creo que la opción va dirigida a salvar el magisterio cubano, rescatar los valores propios de la profesión”.
Leandro Moya Camacho, director de la Manuel Ascunce Domenech, de Villa Clara, explicó que la formación —aunque de nivel medio— es muy rigurosa y que el plan de estudios comprende asignaturas de formación general, pedagógicas, e incluye las metodologías de todas las asignaturas que los jóvenes deberán impartir en las aulas.
Por su parte, la Doctora en Ciencias Pedagógicas María Teresa Ferrer Madrazo, con 46 años de trabajo, de los cuales 40 los ha dedicado a la formación de docentes, considera que el renacer de estas escuelas “es expresión de lo que es una revolución, que no desecha nada y vuelve a los inicios de una actividad cuando lo cree necesario”.
La directora de la Fulgencio Oroz, una de las dos que existen en La Habana con tal propósito, comentó que el quehacer de estas instituciones está relacionado con la propia actualización de nuestro modelo económico, “porque debemos seguir creciendo en ingenieros, médicos, profesionales, y para ello resulta imprescindible la labor del maestro”.