Le brillan las pupilas a Armando Aguilera Castro cuando le hablan del Centro de Ingeniería e Investigaciones Químicas (CIIQ). Siente orgullo y amor por el colectivo al cual le dedicó cuatro décadas de su vida y donde ha realizado numerosas investigaciones relacionadas con la formulación de plaguicidas y otros productos.
Precisamente su tesis de Doctorado versó sobre esos asuntos, con el fin de sustituir importaciones. Hoy continúa ese propósito con nuevas tecnologías para la elaboración de herbicidas en cuya aplicación se dan los primeros pasos, tema presentado en la recién finalizada Primera Convención y Feria Internacional Cubaindustria 2014.
Jubilado hace dos años, semana tras semana acude al CIIQ. Además de dialogar con sus compañeros de trabajo, asesora y ofrece sus conocimientos a todo aquel que lo necesite.
Autor de una meritoria obra avalada por la Orden Carlos J. Finlay, afirma: “Tenemos que recuperar renglones que fabricábamos y aplicábamos en Cuba y como consecuencia de la llegada del período especial y dificultades con las materias primas, algunos dejaron de producirse y resulta ilógico comprarlos en el exterior cuando pueden obtenerse aquí, entre ellos nuevos plaguicidas que son menos dañinos al medio ambiente”.
Otrora dirigente sindical durante varios años y perteneciente a una generación de profesionales graduados en 1969, Armando concede relevancia a la preparación del relevo, que en su opinión no está garantizado.
¨Es muy importante asegurar la retaguardia. Hacen falta jóvenes para que adquieran las experiencias nuestras. Cuando me jubilé tuve dos prioridades: cuidar mi salud y dejarle algo a quienes vienen detrás, por eso he escrito mis libros”.