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Abrazo de Caribe en Santiago

La Fiesta del Fuego deviene tribuna de defensa de la identidad de los pueblos caribeños. Foto: Miguel Rubiera Jústiz (AIN)

Cuando este jueves inicie en Santiago de Cuba la 34 edición del Festival del Caribe, el país volverá a ser espacio de confluencia de las manifestaciones artísticas de la región y escenario desde el cual mostrar al mundo los valores más auténticos de nuestros pueblos, esos que se defienden con la cultura como escudo y espada.

La cita, dedicada a Suriname, confirma su amplio poder de convocatoria con la participación de algo más de mil representantes de unas 30 naciones del área caribeña, además de Latinoamérica y Europa, hombres y mujeres amalgamados en el fin común de confraternizar mediante el arte y el debate teórico.

La Fiesta del Fuego, como también se le conoce, propone desde el 3 y hasta el 9 de julio un programa facilitador del intercambio entre intelectuales, grupos portadores de las culturas populares tradicionales y el público, por intermedio de presentaciones en teatros, parques o plazas.

Especial connotación tendrán el coloquio El Caribe que nos une —momento académico del Festival— las galas artísticas, la inauguración del parque temático de héroes y próceres caribeños, el taller de religiones populares, el espectáculo en homenaje a la rebeldía esclava, el Desfile de la Serpiente —pasacalles de todas las delegaciones participantes— y el cierre con la Quema del Diablo, en alusión a la destrucción del mal.

Autoridades de la Casa del Caribe, institución santiaguera que auspicia el jolgorio, anunciaron que este año el premio internacional homónimo les será conferido a seis comunidades cimarronas surinamesas.

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