Que Alemania iba a ganar era indudable. Que Müller hizo lo que harían todos es una verdad como catedral; pero que la mancha negra del arbitraje sigue presente en este Mundial 2014, eso es irrefutable.
Hasta el momento tres penales han sido pitados, todos ellos dudosos. Fred, Diego Costa y Mario Götze, mostraron habilidades histriónicas para embaucar a sus respectivos colegiados, quienes ante la duda prefirieron sancionar las acciones.
De libro sí eran y, apegados estrictamente al reglamento, a los señores árbitros les asiste la razón. Solo que esas faltas no se cantan en ningún lugar del planeta, porque si nos apegáramos estrictamente a lo que especifica el reglamento, el fútbol perdería gran parte de su encanto.
A ello súmele la pésima decisión de expulsar a Pepe en el mismo primer tiempo de un partido que, ya antes de comenzar, era desnivelado. Es cierto que el defensor luso no es precisamente dulce en su trabajo, pero la supuesta falta sobre Thomas Müller solo la vieron el árbitro y el teutón.
A Pepe lo traiciona su mal carácter y la candidez de creer que sus rivales no harán todo lo posible por sacarlo de juego para cuidarse los tobillos y las manos. Mas, por esta vez, el portugués no hizo una de las suyas, aunque le costó la expulsión inmediata.
De Alemania, qué decir. Ya expuso sus armas y se muestra como uno de los máximos aspirantes a la corona de esta cita mundialista, una apuesta segura si de buen fútbol y carisma depende ganar en Brasil.
Velocidad, buen trato del balón, un medio campo engranado a la perfección y variaciones en la defensa con un Phillip Lahm tirado adelante… porque cuando se tiene una plantilla all-stars como la de Alemania, uno puede darse el lujo de improvisar con tranquilidad.
Al final: hat trick de Müller y uno de Hummels sellaron un juego que había bajado sus cortinas antes de concluir los primeros 45 minutos.
También en el Grupo G, los estadounidenses madrugaron —literalmente— a la defensa de Ghana a los 29 segundos de partido para que Clint Dempsey marcara el quinto gol más rápido en la historia de las Copas del Mundo. Los africanos consiguieron el empate en el 82’, pero la respuesta estadounidense dos minutos más tarde los dejó con remotas posibilidades de avanzar.
Los norteamericanos ya son un equipo maduro, con jugadores de experiencia y encabezados por un hombre como Jurgen Klinsmann, quien sabe perfectamente lo que quiere y cómo obtenerlo de su nómina.
Ghana mostró buen semblante, aunque con Alemania y Portugal como futuros oponentes su suerte parece estar marcada. Las “Estrellas Negras” vuelven a exhibir velocidad y fuerza, pero siguen con problemas para concretar goles en estas instancias.
Mientras, en partido correspondiente al Grupo F, Irán y Nigeria igualaron a cero en el primer empate de esta Copa del Mundo, y también el primer encuentro en el cual no se marcan goles.
El único beneficiado con tal resultado es Irán, a priori el más débil de los conjuntos de una llave que completan Bosnia-Herzegovina y Argentina. Los nigerianos, aspirantes fuertes a uno de los boletos del grupo para la siguiente fase, ven complicarse su camino, sobre todo por la demostración de los bosnios ante los sudamericanos el pasado domingo.
