Para erigirse en voz diferente al poder de los grandes monopolios mediáticos, alzarse como una alternativa en la historia de la prensa cubana y asumir de manera activa, con apego a los principios elementales del periodismo, la defensa de los intereses genuinos de los pueblos latinoamericanos, se alzó el 16 de junio de 1959 la Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina (PL) por iniciativa del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
Más de medio siglo después se ha convertido en una verdadera empresa multimedia con servicios de noticias, fotografía, radio, televisión, edición de libros y prensa escrita, y un manejo notable y destacado de las nuevas tecnologías. Dispone de 31 corresponsalías en diversos países, fundamentalmente de la región latinoamericana, y una oficina central en La Habana.
El resultado ha sido satisfactorio: goza de un reconocimiento internacional avalado por instituciones y gremios periodísticos, mantiene relaciones de cooperación con alrededor de 60 agencias de noticias y, para muchos enemigos, representa la voz de América Latina, a decir de su presidente Luis Enrique González Acosta.
Contra la manipulación mediática
Según el máximo representante de la institución, el objetivo principal para el que fue creada la agencia sigue siendo el mismo: contrarrestar las campañas mediáticas de los grandes medios de los países capitalistas contra el proceso revolucionario cubano, a lo que se le suma actualmente la defensa de los procesos de integración en América Latina y de las causas progresistas mundiales.
“Es difícil ser un medio alternativo, porque no contamos con los recursos que tienen los inmensos monopolios de la información. Ellos poseen grandes presupuestos estatales, un amplio financiamiento por una u otra vía.
“Constituimos una agencia que se autofinancia, no nos sufraga el Estado cubano. Sin embargo, estamos llamados a fortalecer nuestro trabajo. Si contáramos con un poco más de recursos, que debemos gestionar por nuestros medios, podríamos incrementar nuestro alcance en el mundo y contribuir más a la difusión de la verdad.
“La competencia es muy fuerte y no tenemos mucho para enfrentarla. No obstante, nuestras armas principales son la preparación de los profesionales, la verdad y la objetividad”, indica González.
Un recorrido por la sede central de PL avala sus planteamientos: se nota interés por el trabajo, calidad en las publicaciones, y una visión compartida de que la agencia debe incrementar sus potencialidades.
Nuevas pautas de comportamiento social
Masiel Fernández Bolaños es una joven con cinco años de graduada de Periodismo, y desde que obtuvo su título se desempeña como redactora reportera en el área de la economía.
Antes de empezar a estudiar la carrera conocía poco de PL: solo a través de los cables leídos en periódicos o cuando la citaban por la televisión; supo su razón de ser cuando hizo sus primeras prácticas estudiantiles, y desde entonces está vinculada a la institución.
“Aquí aprendo muchísimo porque tengo el apoyo de experimentados profesionales que me han guiado desde el principio. El cambio entre un centro de estudios y uno laboral es un poco traumático a veces, pero me he sentido bien todo el tiempo: todavía estoy aprendiendo porque trabajar en la redacción económica es un verdadero reto por lo complejo del tema”.
Para la periodista, PL significa asumir una actitud ante la vida, adquirir una dimensión renovada del mundo, y aprehender un compromiso mayor con la historia y los sucesos.
“Tenemos que manejar ciertos códigos y hacer la realidad cubana más comprensible a un público que nos puede leer en cualquier parte del mundo. Trabajar aquí conlleva un elevado nivel de investigación a la hora de abordar diferentes temas en un mundo donde los grandes medios dictan las pautas, porque tienen intereses muy puntuales en sus agendas.
“PL se inserta en una dinámica que trata de mostrar un discurso creíble, apegado a la función social de los periodistas, y pretende conformar nuevos modelos de comportamiento social que no están exentos de la influencia de los grandes medios de comunicación”, señala Fernández Bolaños.
Asegura la reportera que la agencia está llena de historia y cada persona que se incorpora al colectivo se sumerge en ella, porque “uno adquiere un sentido de pertenencia que nos impone ser fieles a nuestro público, aprendemos a mostrar diferentes aristas de la realidad, y a contrarrestar fuentes”.
Garantizar la credibilidad
Sobre esta misma cuerda giran las impresiones de Francisco Guiral Martí, fundador de Prensa Latina y trabajador de la agencia por más de 40 años: los valores noticia que deben ser reflejo del buen periodismo no deben faltar en cualquier producto cablegráfico para que no se pierda ese público que deposita en la agencia su confianza, una esperanza de conocer algo distinto a la propaganda capitalista.
Este periodista hecho a la medida de PL soñaba con construir aviones, pero devino constructor de informaciones que podían volar tanto como un aeroplano, cargado de ideas frescas, ante una realidad diferente que se imponía en medio del Caribe a principios de los años sesenta.
“Fue una experiencia bonita crear PL a principios de la Revolución, porque nacía algo nuevo. Los primeros tiempos fueron maravillosos y lo siguieron siendo siempre para mí. El primer director, Jorge Ricardo Masetti, era fantástico: ponía siempre el ejemplo y enseñaba las pautas del buen periodismo, cómo enfocar la noticia, cómo ser una agencia verdaderamente auténtica.
“PL fue desde un principio competitiva, porque muchas agencias trabajaban temas iguales o parecidos, pero había que ganarse el interés de las personas y lograr llamar más la atención”, precisa Guiral.
A los profesionales más jóvenes, les aconseja aprovechar más las conexiones tecnológicas en búsqueda de información, mas no creer a simple vista cualquier noticia publicada en Internet. “Hay que analizar y saber que podemos ganarnos una trompetilla si no estamos prestando la atención requerida”, sugiere.
Para el veterano de la información, el trabajo de la agencia debe ser transparente, vinculado estrechamente con la fidelidad a los hechos, con un respeto real a las fuentes y, por sobre todas las cosas, no puede fallar la verdad.
Y trabajar con la verdad en la mano implica un compromiso, significa investigar mucho, conocer el mundo, estudiar las raíces de las problemáticas mundiales.
Prensa Latina es, a juicio de Roberto Castellanos, jefe de la Redacción Sur y secretario del buró sindical, un lugar preciso para todo ello e intercambiar con colegas sobre el devenir de la historia.
“Es un medio alternativo que debe ayudar a revertir la realidad que viven los pueblos latinoamericanos, donde la prensa hegemónica es muy fuerte y constantemente atenta contra los procesos de cambio.
“Estoy convencido de que ser periodista hoy en PL o en cualquier medio de comunicación cubano es un orgullo y un compromiso fuerte con las causas de izquierda”, concluye el periodista.