En las entidades ferroviarias de Villa Clara la magia de las innovaciones hacen reconvertir y recuperar lo que muchos creen imposible rescatar.
Para los obreros de la unidad empresarial de base Taller Ferroviario Mario Domínguez, de Caibarién, nada es imposible. En la empresa constructora de vías férreas (Solcar) Tony Santiago, de Placetas, hacer andar una inmensa máquina llevó duras horas de labor, ingenio y pensamiento, pero se logró.
De cochemotores a coches de pasajeros
Ver a Bárbaro, el mecánico de aire, a Rafael y Yunieski, los ayudantes, desarmando y reconstruyendo un coche de pasajeros en el taller ferroviario de Caibarién es como imaginarlos confeccionar un complicado rompecabezas.
Para muchos esta tarea era imposible pues ya se estaba convencido de que el destino de los coches sería chatarra. Después de haber sido desactivados durante varios años y confiados a otras entidades del país que consideraron imposible recuperarlos llegaron absolutamente deteriorados al patio de la unidad.
Hubo algunos escépticos, pero Osvaldo de Armas, el jefe del taller, sabía que podrían lograr la encomienda, solo era necesario que Carbó le pusiera, como ellos dicen, “pensamiento”.
Como siempre, Víctor Carbó Rodríguez, jefe técnico, se enamoró del encargo. Es un hombre ingenioso, creativo y de ideas ágiles. Cuando habla de sus innovaciones lo hace con la pasión del creador y con ese mismo brío se entregó a esta; la más reciente que ha realizado.
Son siete cochemotores DM-11 que se convirtieron en coches de pasajeros con capacidad para transportar 90 personas en cada uno de los vagones.
Carbó con los especialistas, técnicos, mecánicos y obreros del centro restituyeron el confort, acomodaron ventanillas, sistemas hidráulicos y sanitarios, revestimiento interior incluyendo paneles laterales, piso, techo, sistema eléctrico y alumbrado, nuevas estructuras, pasarelas y pintura. Readaptaron enganches, así como los sistemas de rodamiento y frenos.
“Se hizo una carta técnica que registró cada una de las adaptaciones, con un período de prueba de cerca de seis meses. Estamos a punto de iniciar la recuperación del octavo coche”, puntualizó Carbó.
“Si se quisiera adquirir un coche como estos de segunda mano en el mercado internacional costaría 350 mil dólares, y los de primera 650 mil, de ahí que el trabajo implicó un ahorro de alrededor de 2 millones de CUC.
“Estos muchachos tienen la capacidad de superar cualquier obstáculo, lo han demostrado; ya el taller tiene más de 50 innovaciones reconocidas”, resumió Carbón quien asegura que el logro es de todo el colectivo.
Desguazar la desguazadora
En Solcar se recuperó una planta que impulsa la eficiencia y productividad de las labores en la vía. Tiene por nombre uno tan complicado como ella misma: Desguazadora de balastro. Su función es limpiar la piedra que se encuentra en la línea férrea.
“Selecciona, deposita la necesaria y desecha la que no reúne los parámetros. Tuvo un costo de alrededor de 2 millones de euros, poco después de utilizarse sufrió una rotura de alta envergadura prácticamente irrecuperable”, explicó José Rojas, especialista principal.
César y Edel confiesan que de ingenieros recién graduados en la Facultad de Mecánica en la Universidad Central se convirtieron en innovadores. Detrás de aquella mole de hierro, los jóvenes no se ven, pero se escucha el sonido acompasado de las llaves en las tuercas del equipo que tratan de echar a andar.
Ellos se aventuraron en una empresa nada fácil: analizaron planos, revisaron bibliografía de equipos hidráulicos y luego profundizaron en el resto de los elemento de esta máquina.
“La desarmamos, le sustituimos piezas, ejes, rodamientos, piñones, acoplamientos. La experiencia de los mecánicos de la entidad nos ayudó a entender con precisión este trabajo que ha sido de conjunto”, precisaron.
Otros 12 equipos de igual magnitud han vuelto a la vida útil en esta entidad gracias a la labor anirista. Con esta se estrenan César y Edel como innovadores, pero los jóvenes aseguran que vendrán muchas veces más.