Predicciones sobre los cruces y vencedores en la Copa Mundial de Brasil 2014 han sido pan corriente en los últimos meses. Muchos, para sustentar sus favoritismos, ensayan infinidad de variantes y apelan a la historia, las cábalas, los partes médicos e incluso al factor afición.
El regreso a la tierra que convirtió el fútbol en arte, y al arte del fútbol en religión, promete un gran espectáculo. En estas líneas repasaré aquellos récords individuales y colectivos que podrían ser superados, mas —eso sí— sostengo que el título quedará entre Brasil, España, Alemania o Italia, pues a priori reúnen todas las condiciones de un dignísimo campeón.
La marca más publicitada en estos días —por estar en riesgo— es el récord de goles en poder del “Fenómeno” Ronaldo Luis Nazario de Lima (15 dianas), un tope que perseguirá con todo el delantero alemán Miroslav Klose, dueño de 14 perforaciones en tres ediciones.
Klose, un rematador nato, será apoyado en tal empeño por un medio campo de lujo, capaz de generar acciones claras de gol y que no debe hacerle esperar mucho para conseguir su objetivo.
El veterano delantero es hoy una pieza prescindible dentro de la nómina titular de Joachim Löw. Posiblemente recibirá los minutos precisos para defenestrar al actual recordista, porque jugadores jóvenes, veloces y capaces de marcar abundan en la lista teutona.
Para ser consecuentes con los favoritos, también podría eliminarse el empate existente entre Alemania y Brasil, equipos que han disputado siete finales mundialistas. El desempate parece favorecido por el presumible encuentro de ambas selecciones en la fase semifinal, nunca antes ni después.
Los sudamericanos se unirán a partir del 12 de junio al selecto grupo de naciones que han organizado la Copa en dos ocasiones (1950 y 2014), junto a Alemania (1974 y 2006), Italia (1934 y 1990), Francia (1938 y 1998) y México (1970 y 1986).
De la misma manera, Brasil intentará borrar el Maracanazo de la memoria colectiva nacional, y sumarse a los anfitriones que han salido campeones. Tal hazaña la han logrado seis de los ocho monarcas de la historia, con excepción de brasileños y españoles.
Por su parte, los ibéricos —reyes de Sudáfrica 2010— son aspirantes de fuerza a repetir su triunfo, con lo cual igualarían la racha ganadora de Italia (1934-1938) y Brasil (1958-1962).
Otro de los récords que podrían caer —y ojalá suceda— es el del futbolista más longevo en jugar un Mundial, actualmente en poder del camerunés Roger Milla, quien el 28 de junio de 1994 enfrentó a Rusia a la edad de 42 años, un mes y ocho días.
El próximo “abuelo del fútbol” será presumiblemente el guardameta colombiano Faryd Mondragón, quien estuvo en las dos últimas participaciones de los cafeteros (1994 y 1998). Ya no es el arquero titular, pero si le obsequian unos minutos contra Japón el 24 de junio, se convertirá automáticamente en el hombre más viejo con actuación en estas justas: 43 años y tres días. De todas formas, en cualquiera de los choques de la selección, Faryd podría imponer su marca y luego, como ha dicho, retirarse del fútbol definitivamente. ¿Les suena esta deferencia con el colombiano? De seguro porque leyeron antes sobre el caso Klose…
Hablemos también del escenario del duelo final, el domingo 13 de julio. Quien nunca haya soñado con sentarse en el Maracaná, poco sabe de la historia de este deporte. Será allí donde se dispute el título, tal y como sucedió el 16 de julio de 1950. De esa manera, el emblemático tazón igualará el récord del Estadio Azteca, en México D.F., único parque sede de dos finales hasta el momento.
Desde hace 64 años el Maracaná está pintado de celeste, el color de la camiseta uruguaya que alzó la Copa frente a los locales en aquel momento. Así, la oportunidad de transformar el aspecto de la instalación parece inmejorable.
Teóricamente, los charrúas también podrían reeditar la hombrada del 50 y perpetuar por tiempo indefinido el color actual de la fachada. No debería interpretarse como desatinada tal posibilidad, vista la factura de su juego y el liderazgo de algunos hombres. No son favoritos, pero en el 2010 tampoco lo eran e hicieron tambalear a la potente Alemania en la discusión del bronce. Si triunfaran se convertirían en el único equipo capaz de hacerlo dos veces en el mismo campo.
Ya lo sé. Han pasado cuatro años, Alemania y Uruguay no son los mismos y el camino de los bicampeones es rocoso. Mas, el Maracaná sigue en pie y pintado de celeste.