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Abogados, notarios, registradores, jueces, fiscales y asesores, celebrarán este 8 de junio el Día del Jurista, fecha instituida en honor al patriota camagüeyano Ignacio Agramonte, quien ese día defendió su tesis de grado para recibirse como Licenciado en Derecho Civil y Canónico.
Como señala el texto redactado —a propósito de la conmemoración— por la Junta Directiva de la Organización Nacional de Bufetes Colectivos, “la obra de la Revolución se expresa en lo jurídico y, por lo tanto, en el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre entendida en su acepción martiana, tal como lo postula la Constitución de la República”.
En la actualidad todas las ramas del Derecho apuestan por brindar un servicio de más calidad, tanto a las personas naturales como jurídicas, según establecen los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, aprobados en su VI Congreso.
La Ministra de Justicia, María Esther Reus, en un breve encuentro con la prensa hace unos meses subrayó la importancia de la labor que realizan los profesionales del Derecho por cuanto representan los intereses del pueblo.
Aseguró que como nunca antes, en el transcurso de un año, se habían hecho tantas normas jurídicas y puso el ejemplo de cómo en una semana se habían publicado cinco ediciones de la Gaceta de la República, la cual, consideró, debe ser más consultada.
Reus aseveró que hoy resulta vital el asesoramiento tanto a las personas naturales como jurídicas (empresas, entidades), porque la actualización del modelo económico cubano conlleva, al mismo tiempo, el reajuste de las normas.
Dijo que todavía persisten deficiencias y que muchas de ellas transitan por la falta de conocimiento y de preparación de los funcionarios, por lo cual exhortó a colocarse en el lugar de las personas a fin de que los trámites se hagan lo más rápido posible, correctamente y con la ética adecuada.
“Somos servidores públicos y estamos para servir”, enfatizó la titular.
Agramonte, un paradigma
Ignacio Agramonte y Loynaz fue uno de los líderes más sobresalientes de todo el proceso revolucionario cubano. Nació el 23 de diciembre de 1842 y cayó en combate el 11 de mayo de 1873 frente a las tropas españolas, en los potreros de Jimaguayú en su provincia natal, donde hoy se erige un monumento para honrarlo.
Intelectual revolucionario, formidable y prestigioso jefe militar, hombre honesto y de principios, creció en la lucha hasta alcanzar dimensiones extraordinarias que hoy lo caracterizan a través de las páginas de la historia.
Nacido en un medio familiar desahogado y próspero, Agramonte llegó a adquirir una vasta cultura que, sin embargo, no puso al servicio de las clases pudientes, sino de los desposeídos.
