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Grand Prix: medallas para Cuba con M

Pura coincidencia de nombres, pero lo cierto es que la segunda jornada del Grand Prix de judo reservó dos medallas para Cuba con M, gracias al desempeño de dos figuras jóvenes de nuestras selecciones nacionales, Magdiel Estrada (73 kilogramos) y Maricet Espinosa (63 kilogramos), respectivamente, quienes accedieron a contar sus historias e impresiones tras bajar del podio de premiaciones.

Maricet Espinosa, la gran apuesta de Cuba en los 63 kilos. Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

Jóvenes, entusiastas y de una notable calidad técnica, estos judocas siguen los pasos de una tradición que ha convertido a la escuela cubana de judo en referencia de América y del mundo. Quizás por eso, el denominador común de aspirar a una medalla en campeonatos mundiales no sea una idea tan soñadora, sino muy cercana a sus realidades.

Conocida como La Mole, Maricet es autocrítica cuando vuelve su mente al combate de cuartos de final en el que cayó frente a la austríaca Kathrin Kaunterwurzacher, quinta del ranking mundial actual. «Me enredé un poco más de lo normal cuando caí en el trabajo en newasa y a este nivel un error así cuesta un título», acotó.

Sin embargo, en la ronda de repesca se le vio más dispuesta, a pesar de que enfrentó por bronce a la campeona mundial del 2013, la israelita Yarden Gerbi. «Lo primero que me dije es que arriba del colchón no valen los títulos, todos somos iguales y, por tanto, cualquiera podía ganar. Cuando sentí el aplauso de la gente del público casi lloro, porque nunca le había ganado a una judoca de ese rango», precisó.

«Sé que tengo mucho que mejorar todavía, desde lo técnico hasta el componente mental para enfrentar peleas como la de hoy. Por supuesto, quiero ser campeona mundial como lo fueron Idalis Ortiz, Amarilis Savón y Driulis González, esta última mi paradigma desde que era niña y daba los primeros pasos en este deporte», precisó.

Magdiel Estrada lució muy bien en el Grand Prix de La Habaa. Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

Por otra parte, la cara exitosa de la selección masculina en esta segunda jornada del Grand Prix de La Habana la aportó Magdiel Estrada con su presea de plata. De fácil conversación, a pesar de su juventud y los pocos años que lleva en el equipo principal, el muchacho que dirige Justo Noda no le teme a las grabadoras ni a las preguntas.

«Me siento muy orgulloso del resultado, aunque quería más porque entreno muy fuerte y me sacrifico mucho para obtener estos resultados. Ojalá que esta no sea la primera vez que se haga una competencia internacional de este nivel en Cuba para que la afición pueda apreciar la calidad del judo que enfrentamos y cuánto vale una medalla», dijo.

«El combate más difícil fue la discusión de la plata, pues ese belga me había ganado en Miami el pasado año y es bronce mundial y primero del ranking en estos momentos», explicó sin cortapisas ni justificaciones.

«En la final me sorprendió el israelita. Fui a hacerle un control y me hizo una técnica. Ganó el mejor, decir otra cosa sonaría a quitarle méritos al contrario. Fue mejor que yo, así de sencillo», dijo.

«Voy a seguir entrenando fuerte y con más rigor porque me sacrifico mucho en los entrenamientos y merecía la medalla. En todas las competencias que vengan voy a dar lo mejor de mí porque quiero ser como Asley González y Yordanis Arencibia, medallistas mundiales y ejemplos para todo el equipo», concluyó

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