Atento a la brigada que dirige permanece Pedro Rodríguez. Con 37 años de labor como portuario no hay quien le haga un cuento en materia de carga y descarga de un buque, no importa la capacidad del navío ni la mercancía de que se trate.
Su radio de acción es el amplio atracadero de la terminal Andrés González Lines, una unidad empresarial de base (UEB) de altos quilates en el puerto de La Habana.
Bajo su responsabilidad tiene a 16 hombres; “todos son jóvenes con mucho entusiasmo —expresa regocijado—. Tengo 71 años y ellos me aceptan no obstante la edad, por eso estaré aquí mientras tenga salud”.
Junto al viejo Pompa —como le llaman cariñosamente— está Arnaldo Bavastro Veranes, estibador y jefe de brigada, quien tuvo el honor de participar como delegado directo en el recién celebrado XX Congreso de la CTC.
“En el argot nuestro decimos: ‘barco que llegue, barco que se termina y no paramos hasta concluir la tarea’. De lo que se trata es de hacerlo en el menor tiempo posible y que el país no tenga que pagar estadía por demora”, afirmó.
Perteneciente a la empresa de Servicios Portuarios de La Habana, la UEB González Lines manipula cargas importadas para la exportación y destinadas al cabotaje.
“El 65 % de los productos corresponde a los denominados graneles limpios (maíz y soya para el consumo animal y favorecer las producciones de carne, huevo y leche) y el resto son arroz, fertilizantes y frijoles, entre otros renglones”, señaló Alberto Alberto Perdomo, su director.
En los últimos siete años ningún buque ha caído en demoras por razones asociadas a la responsabilidad en las operaciones del puerto, lo cual significa que la entidad no ha tenido que hacer erogaciones en divisas por ese concepto, precisó.
Lo anterior —agregó— se debe al mejor aprovechamiento de las reservas productivas en el personal directo a la manipulación de mercancías que hoy agrupa a unos 400 trabajadores (la mitad en comparación con etapas anteriores) y continuamos operando alrededor de 900 mil toneladas anuales, es decir, más del 60 % del total de la empresa.
Cabe apuntar que por sus características para el calado de las embarcaciones y extensión de los atraques, allí llegan naves de gran porte con un desplazamiento de 50 mil toneladas y más de 120 metros de eslora o largo.
A partir de los resultados económicos del 2013, el colectivo opta por retener la condición de vanguardia nacional obtenida en el 2012.
El pasado año concluyó con una favorable correlación salario medioproductividad con un cumplimiento del 117 y 143 %, respectivamente, sin deterioro en los indicadores de consumo energético.
El aporte de utilidades ascendió a 5,7 millones de pesos, prácticamente el doble con referencia al año precedente y no hubo casos de corrupción e ilegalidades.
Es cierto que quienes laboran al pie del barco y en los almacenes de la UEB llevan el peso mayor de las acciones para cosechar tales avances; sin embargo, también sobresalen mecánicos, electricistas, soldadores y paileros que garantizan la reparación y el mantenimiento de medios auxiliares (transportadores de banda y grúas), así como el personal a cargo de la logística que apoya al quehacer de todos.
A pesar de los resultados, quedan reservas productivas por incrementar dentro de la UEB (entidad que aplica el perfeccionamiento empresarial hace siete años), así como aquellas asociadas a la armónica relación con el transporte y la economía interna en cuanto a la rotación de los camiones y casillas ferroviarias, además de la recepción de mercancías en los almacenes, todo lo cual redundará en una mayor rapidez de la descarga de los buques.
En vísperas del Día del trabajador marítimo-portuario este 14 de junio, Beatriz Maceo Nápoles, integrante del buró sindical, refiere que se realizarán actividades políticas y recreativas en todos los colectivos, las cuales incluyen la imposición de la Distinción Aracelio Iglesias a los hombres y mujeres con 25 y 20 años de labor destacada, respectivamente, y la entrega de otros reconocimientos.
Cada minuto cuenta en la UEB Andrés González Lines. Hay tensión en la descarga de un navío surto en el muelle, pero no falta voluntad para concluir con eficiencia la tarea asignada.