Hasta uno de los lugares donde con más arte se preservan y reproducen las esencias de nuestras raíces musicales y danzarias, la sede del Conjunto Folklórico Nacional, llegó en la mañana de este jueves Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros.
Acompañado por Julián González, Ministro de Cultura, y de Manolo Micler, director general y coreógrafo del Conjunto, el miembro del Buró Político visitó áreas remodeladas de la institución, como los diferentes salones con sus tabloncillos de reciente hechura; el patio que albergará un almacén para el vestuario y la utilería; las oficinas; los camerinos…
El Primer Vicepresidente se mostró interesado por aspectos diversos, desde los horarios en que se ensayaba ─regularmente de una a siete de la tarde─, las condiciones de los bailarines para reposar y alimentarse, hasta las fórmulas de pago aplicadas a los profesores que imparten talleres internacionales, para quienes hay que encontrar, opinó, esquemas más estimulantes.
Al indagar por la articulación del Conjunto con la Tumba Francesa y otros grupos portadores, Manolo Micler le habló del asesoramiento dado a diferentes proyectos dentro y fuera del país, mediante los cuales habían podido constatar el privilegio de tener una voluntad política “que realmente nos apoya y nos ha dado esta institución maravillosa que muchos grupos en el mundo desearían”.
“Particularmente con la Tumba Francesa de Guantánamo y Santiago de Cuba trabajamos mucho tiempo. Nuestro repertorio abarca expresiones folklóricas de toda la Isla. Para lograrlo hemos tenido la suerte de contar con una persona sabia, una biblioteca en sí misma”, afirmó Micler en referencia al maestro y fundador del Conjunto, Rogelio Martínez Furé, quien participó del recorrido.
“El Folklórico ─ahondó Julián González, Ministro de Cultura─ expresa la intención de la Revolución de sacar lo que acontece en el barrio de ese marco y darle una dimensión no solo artística sino académica, porque para montar una coreografía hay que estudiar mucho, de ahí el éxito del Conjunto”.
A propósito, el Primer Vicepresidente enfatizó en la necesidad de que los jóvenes que allí se forman tuvieran, además de técnica, cultura danzaria; que dominaran el origen de sus bailes y se les preparara para darle continuidad a ese trabajo de preservación cultural.
“Esto no lo podemos perder, es lo nuestro”, refirió Díaz-Canel casi al final de su recorrido, el cual concluyó con una breve representación de obras del Folklórico dedicadas a Oshún y a Changó, deidades del sincretismo afrocubano, y otras que aludieron a la trova tradicional, al changüí y al casino, cada una con sus ritmos y gestos corporales característicos y diversos, ingredientes todos de nuestra identidad.
(Tomado de La Jiribilla)