Dany Font Rubio sabe que no hay mejor manera de sortear dolores, angustias y desesperanzas del alma que refugiarse en el arte para hacer tangible lo que parecería imposible. El proyecto que lidera este pintor de profesión y promotor cultural de vocación, demuestra que desde el barrio mucho se puede hacer a favor del crecimiento espiritual de las personas.
Sin que nadie lo convocara Dany decidió hacer más agradable la convivencia en uno de los interiores de la calle Heredia, en el corazón mismo de la ciudad de Santiago de Cuba, y comenzó por juntar a los “locos bajitos” de cada uno de los cuartos en que se divide la vetusta casona, marcada por un profundo deterioro constructivo y situaciones relacionadas con la conducta social.
“En el 2010, dice el joven santiaguero, me surgió la idea de juntar a los niños y las niñas del interior donde vivo para ayudarlos a ampliar su mundo de juegos y sueños más allá de la estrechez de las paredes de sus casas y de los peligros de una calle muy transitada.
“Al inicio no hubo más pretensión que usar unas pocas crayolas y alguna que otra hoja reciclada en busca de entretenimiento, pero luego aquel encuentro entre los muchachos y yo se fue haciendo necesario. “Todos vieron que aquello que nacía, bautizado como proyecto comunitario Interior 307, no solo se limitaba a la pintura sino que iba más allá, era también diálogo, reflexiones con los niños.
Al cabo de cuatro años Dany, los pequeños, e incluso el propio interior comunitario, han descubierto, mediante el proyecto, premiado en eventos nacionales, la certeza de las palabras del poeta: nosotros los de entonces, ya no somos los mismos.
Puertas afuera
Como el proyecto Interior 307 existen otros muchos en la provincia de Santiago de Cuba, un territorio que da prioridad a la labor cultural comunitaria.
Ni siquiera las huellas dejadas por el huracán Sandy, que dañó a seis de las 33 instituciones que de manera más directa propician el crecimiento espiritual comunitario, han limitado el quehacer en los barrios para juntar el talento aficionado y encauzar las aspiraciones de socializar su arte.
“Trabajamos para lograr procesos participativos de apreciación, creación y promoción del arte y la literatura en nuestro radio de acción”, explicó María Teresa Remesal Paredes, jefa del departamento de formación y desarrollo de los recursos humanos del centro provincial de Casas de Cultura en Santiago de Cuba.
“En Santiago de Cuba hay otros muchos ejemplos de cómo más allá del espacio físico de las Casas de Cultura son posibles significativos logros”.
Todos ellos, y muchos más, se confirman como espacios que desde una raíz hondamente popular hacen germinar el arte en el barrio.
Acerca del autor
Periodista cubana. Máster en Ciencias de la Comunicación. Profesora Auxiliar de la Universidad de Oriente. Guionista de radio y televisión.