No es mucho, pero es algo. La producción de azúcar aumentó un 3 % en la actual zafra, según dan a conocer varias informaciones de prensa, y ese porcentaje —por demás, alentador— puede incrementarse, pues aún permanecen más de diez centrales en operaciones, algo inusual en los últimos años, debido a que las precipitaciones primaverales afectan de manera notable la ejecución de la cosecha y la transportación de la caña.
El total fabricado supera en más de 40 mil toneladas el real de la pasada (1,6 millones de toneladas), también trascendió.
La zafra ha estado caracterizada por un comportamiento desfavorable del clima, debido a la presencia temprana de las lluvias, sobre todo en zonas de la costa norte, y por un rendimiento industrial de la materia prima —indicador de lujo— por debajo de lo planificado, a causa, de acuerdo con los especialistas, a la persistencia de las altas temperaturas y una notable humedad en los suelos, las que no favorecen la maduración de las cepas.
Así lo explicó tempranamente —el pasado mes de febrero— Orlando Celso García Ramírez, presidente de Azcuba, a Trabajadores, cuando también aseguró que había caña en los campos para completar el compromiso de producción. No obstante, ya el atraso era considerable.
Varias provincias han cumplido sus planes respectivos: Guantánamo, Ciego de Ávila, Cienfuegos y Sancti Spíritus, esta última con un “empujón” notable del gigante Uruguay, de Jatibonico, un ingenio que ha estabilizado sus operaciones agrofabriles y ganado en eficiencia, algo importantísimo para el país por su elevado nivel de producción.
Azcuba ha apostado por mejorar integralmente y lo logra de manera paulatina.
No pocos escépticos —esos que no hacen análisis concienzudos y sobredimensionan las manchas del sol—, afirman que la zafra azucarera “es una calamidad”, lo cual no es enteramente cierto. La actual campaña —a mi modo de ver— marca un despegue que debe consolidarse. No pocos centrales —el cienfueguero Antonio Sánchez es un buen ejemplo— dejaron atrás notables achaques y una estela de incumplimientos que mucho tuvieron que ver con problemas fabriles. Un proceso inversionista ajustado a las posibilidades reales y unas reparaciones a fondo, sobre la base de las contrariedades ocurridas, posibilitaron una alentadora mejoría.
Sin embargo, no todo es color de rosa. Aún faltan o llegan tardíamente recursos esenciales y en todos los colectivos obreros, tanto del agro como de la industria, no hay el mismo empuje para defender más la eficiencia y aumentar la producción por esa vía y no por la de moler más caña que la estimada.
El grupo azucarero Azcuba tiene bien delimitada la estrategia de desarrollo del sector, sobre la base de los Lineamientos, el desarrollo tecnológico que aplican otros países productores de azúcar y la introducción y transferencia de tecnologías en correspondencia con nuestras condiciones, así como a través de la ejecución de inversiones, mejoras organizativas, innovaciones e investigaciones.
En ese sentido, resulta imprescindible aumentar la cantidad de caña para moler y hacer zafras que lleguen o superen los 150 días de operaciones en cada central. Para ello, es preciso sembrar durante todo el año; utilizar al máximo el beneficio que propicia el riego a las plantaciones; completar los equipos e implementos para la preparación de la tierra; incrementar el buldoceo, sobre todo en áreas cercanas a los ingenios; desarrollar la siembra mecanizada y semimecanizada; atender adecuadamente los retoños, y ejecutar en el tiempo adecuado el cultivo, la fertilización, la limpia integral y la resiembra.
Confieso que soy de los que mira con ojos esperanzadores el futuro de la producción cañero-azucarera, pues de materializarse la estrategia como está definida, los resultados irán incrementándose y el país podrá contar con un mayor número de toneladas para la exportación (el crudo se cotiza hoy a 17.11 centavos la libra en el mercado internacional y el refino a 467.20 dólares la tonelada).
También los derivados, la producción de alimento para los animales y la generación de energía tendrán un fuerte y necesario impulso, para hacer más integral la gestión de un sector que en ningún momento ha dejado de ser básico para la economía cubana. Muestra de ello es que siete Lineamientos —el 208, 209, 210, 211, 212, 246 y 247— le establecen al grupo Azcuba y sus dependencias propósitos para el desarrollo y fortalecimiento de esa rama.
El 30 de abril de 1961, el Comandante Ernesto Guevara, afirmó: “(…) El azúcar debe seguir siendo uno de los importantes productos de nuestro desarrollo. Tenemos todas las facilidades para producirla”.