Una vez concluido el Cubadisco 2014 los muchachos que trabajaron junto al saxofonista Michel Herrera en el álbum Madre Tierra, que fue nominado en el certamen en seis categorías: CD-DVD, Jazz, Concierto Audiovisual, Notas Discográficas, Making Of y Video Clip, creyeron que era el momento ideal para, por gran parte de la isla, compartir sobre lo último que se hace de jazz en Cuba.
El nombre del proyecto musical del concurso les serviría, y cuando terminaron el taller jazziando en el Conservatorio Amadeo Roldán el sueño se pudo concretar y con el coauspicio de la productora Maité Jacobo y la complicidad de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y sus filiales inició el periplo.
Camagüey se convirtió en unos de los destinos y durante tres días Michel, junto a Ruly Herrera, baterista; Yanet Valdés, cantante; Aniel Someillán, bajista; y Yoandry Argudín, trombón, conversó con los jóvenes exponentes de la escuela José White para “aportar a los nuevos pilares y ayudarlos en cuanto a ciclos armónicos y a organizar sus ideas porque saben lo que quieren y son muy buenos, pero no tienen todos los conocimientos ni los materiales”, sentenció el joven jazzista.
Este proyecto reúne a un grupo de “todos estrellas”, artistas que tienen sus carreras independientes, pero que quieren mostrar esa diversidad musical del movimiento cubano. La idea, como asegura Michel, es que “vayan transitando varios intérpretes del movimiento y no siempre sean los mismos”.
A la visita no llegaron con las manos vacías, les trajeron a los chicos videos con clases magistrales, libros, discos con música porque así es como único podrá sobrevivir el jazz: pasando de mano en mano; y por eso pretenden viajar luego hacia Santiago de Cuba, Guantánamo, Cienfuegos y Santa Clara.
Dentro de las actividades incluyeron un concierto en la terraza de la Casa del Joven Creador de la filial de la AHS de la provincia que les permitió constatar la importancia de la retroalimentación.