El Combinado Deportivo Antonio Maceo de la ciudad de Santiago de Cuba es de esos espacios emblemáticos de la actividad física en esta zona del suroriente cubano. Ahora que la Sala Polivalente Alejandro Urgellés se repara, el CVD se torna un oasis donde saciar las ansias de ejercitar los músculos.
Un total de 26 deportes se practican allí y casi la totalidad de ellos andan marcados por carencias de materiales.
“La necesidad de implementos para cumplir la misión que tenemos es el mayor reclamo del personal de aquí, dice el profesor Rodolfo Garlobo, jefe de cátedra y secretario general de una de las secciones sindicales, varios son los deportes que se ven limitados en su quehacer, bien por la ausencia de medios, bien por la calidad de los mismos.
“En las reuniones de afiliados el tema se ha planteado en reiteradas ocasiones, pero la respuesta no ha sido efectiva, como tampoco lo ha sido en un asunto tan sensible para la atención a los trabajadores como la falta de un equipo para enfriar el agua de beber.”
Las profesoras Rosa María del Rosario y Soraima Tola son de las sufren de primera mano los lastres materiales que tiene que sortear el “Maceo” santiaguero.
“¿Alguien se imagina la práctica de deportes acuáticos sin agua?, pues así tenemos que desarrollar nuestra actividad, acota Rosa María, no obstante buscamos alternativas: nos vamos a piscinas que nos quedan distantes y así vamos saliendo adelante, incluso con resultados a nivel nacional, pero todo ello bajo un ritmo de trabajo muy agotador”.
Al igual que sucede con los deportes acuáticos, en otras áreas del CVD santiaguero los saldos en las competencias hablan en muy alto grado de la entrega de los entrenadores.
“Alcanzamos el segundo lugar entre todos los combinados del municipio, argumenta Coralia Márquez, directora del CVD, primer lugar en cincos deportes durante las competencias municipales pioneriles, aportamos medallas de oro en lucha, judo y taekwondo, de bronce en clavado, también en nado sincronizado tributamos 31 atletas a la escuela de iniciación deportiva (EIDE), entre otros resultados.
“No dejamos de reconocer las limitaciones materiales que tenemos, digamos con en el tiro con arco o el hockey, con los guantes y bates para la pelota, con los colchones para la gimnasia artística y las acrobacias del clavado, con la ausencia de cloro para la piscina, entre otras cosas.”
Aún marcado por tales cuestiones en el CVD santiaguero se habla con orgullo de la labor educativa en función del deporte y la actividad física en diferentes edades, con el mismo regocijo con el que cuentan del empeño puesto por los trabajadores en la recuperación de la instalación luego del huracán Sandy.
Hoy el “Antonio Maceo”, de referencia nacional, se muestra con mayor lucimiento que tiempo atrás, y los toques que recibe en las mejoras a la cerca perimetral y el montaje del gimnasio de judo, deben darle un nuevo aliento de vida.
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