Por: Ortelio González Martínez y José Luís Martínez Alejo
Una de las inversiones principales del país en el programa de producción de alimentos, que se ejecuta en la empresa de cultivos varios La Cuba, de la provincia de Ciego de Ávila, se comportó al 5 % en la actividad de construcción y montaje, al cierre del primer trimestre del presente año.
El informe contentivo de los resultados de la economía avileña en esa etapa, refleja el lento ritmo de la tarea, por presentar atraso el desbroce de marabú, debido al alto índice de roturas de los buldózer, y el déficit de grúas para el montaje de pívot eléctricos y las cubiertas de las casetas de estas instalaciones.
Sin embargo, “pasándole la mano” con los mantenimientos planificados y las innovaciones a esos buldózeres avejentados, el colectivo agrícola empezó a desalojar el marabú que todavía es poderoso.
Pero, optimista como siempre, el ingeniero agrónomo Carlos Blanco Sánchez, extiende la mano y nos dice: “de aquí para allá comienza el plan de desarrollo de granos Tres Marías”.
El director de la entidad mayor productora de plátano fruta en Cuba, habla del fomento de granos que empieza a adueñarse de un área que abarcará 2 mil 600 hectáreas, de las cuales sembraron y cultivaron las primeras 315.
“Hace unos 15 meses comenzamos a tumbar el monte y ya recolectamos más de 250 toneladas. La cifra pudiera parecer insignificante, estamos en el comienzo del programa. Además de que la emprendemos contra el marabú, la cantidad acopiada aquí el país no tuvo que traerla de afuera”, afirma y saca cuentas.
“De acuerdo con el precio actual del frijol en el mercado internacional, las toneladas cosechadas equivalen a más de 300 mil dólares. “¡Imagínense cuando sembremos y recojamos los frutos de las 2 mil 600 hectáreas!”, comenta, como para validar lo acertado de la inversión, de unos nueve millones de pesos y se pronostica la amortización en dos años.
“Nuestro objetivo es demostrar que la empresa estatal socialista sí puede ser eficiente. En ese sentido, esta nueva misión nos obliga a hacerlo todo bien para que la obra no se eternice en el tiempo ni equivoque el rumbo”.
Contra las tierras improductivas
“Cuando llegue la próxima temporada, serán muchas las hectáreas alistadas”, asegura Alexei Tamayo Iparraguirre, operador de buldózer.
El colectivo labora la doble jornada. Donde concluyeron la cosecha del frijol, ya alistaron la tierra para el maíz, “una rotación que nos dará dinero y comida para el pueblo”, comenta Francisco Javier Morales, operador de una de las siete máquinas de riego de pivote central.
Blanco Sánchez argumenta que han buldoceado más de 900 hectáreas que tenían marabú y después le aplicaron un tratamiento químico para evitar el rebrote de esa planta invasora. “Estas áreas –subraya Carlos–, pertenecieron al MINAZ y estuvieron mucho tiempo infestadas”.
─ ¿Quiere decir que en la medida en que aumente la cantidad de suelos dedicados al frijol, disminuirá los de plátano, cultivo tradicional en la empresa?
“¡Que va! El frijol lo fomentamos en áreas de desarrollo, pero el plátano no lo abandonaremos, incluso, estamos en el proceso de instalar nuevos sistemas de riego para atenderlo mejor”.
Serpenteamos por un polvoriento camino y llegamos donde hubo un centro de acopio para el beneficio de la caña. Varios hombres y mujeres laboran allí en el nuevo proyecto que lo convertirá en taller para los tractores, las combinadas y los implementos agrícolas.
Pasada la 1:00 de la tarde emprendemos el regreso, observamos muchos hombres y mujeres en los surcos, una tradición en esa empresa, el la cual se vive del trabajo creador y no de los milagros.
Si así no fuera, gracias a la alta productividad y eficiencia aportada por sus trabajadores, la entidad no hubiese concluido el pasado año con una ganancia superior a los 24 millones de pesos y 3 millones 500 mil CUC de ingresos por concepto de ventas a 258 instalaciones turísticas diseminadas por todo el país.