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Emilio Córdova, un peruano guevariano

Por Roberto M. López de Vivigo, estudiante de Periodismo

Emilio Córdova es uno de los cinco Grandes Maestros de Perú. Foto: Agustín Borrego.

Cada vez que termina su partida en el 49 Capablanca In Memoriam se sienta en el lobby del hotel y conversa con algún amigo, ajedrecista, aficionado o periodista. Después de identificarme estuvo dispuesto a darme una entrevista. Sí, claro, fueron sus palabras.

Desde el inicio el encuentro se convirtió en una plática entre jóvenes. A pesar de dialogar por primera vez, parecía que nos conocíamos desde hacía tiempo, pues a ambos nos une un gran amor por Cuba. El Gran Maestro (GM) Emilio Córdova (2616) es peruano, pero también se siente cubano. Quizás por eso participa en el torneo de ajedrez más importante de nuestro país desde 2007, excepto en la pasada edición. Con 22 años es el segundo mejor de su país por detrás del GM Julio Granda.

Torneos Capablancas

“Me encanta venir. Me gusta por la organización, por la gente, tengo muchas amistades aquí. Es la competencia más prestigiosa que he jugado a lo largo de todo el año y siempre que pueda la voy a seguir disputando y más la categoría Premier que adoro. Cada vez que haya y me inviten, yo encantado de asistir. Es un torneo en el que me siento como en casa y en el cual juego no sé si pueda decir al máximo, pero al menos en el que trato de disfrutar todas las partidas”.

¿Cómo fueron sus inicios y desarrollo en el ajedrez?

“Comencé jugando al ajedrez a los ocho años; a los nueve me volví Maestro FIDE ganando un panamericano; curiosamente en aquella época en esa categoría jugamos con Fabiano Caruana que ahorita mismo es el número cuatro del mundo. Él quedó segundo en esa justa”.

“A los trece me volví Maestro Internacional, a los 16 Gran Maestro y recientemente he podido superar los 2600 por un pequeño margen y eso me llena de mucha alegría. Realmente el nivel es bastante fuerte y la elevación de mi juego se debe también a que he estado participando en torneos por aquí”.

Asistió con 13 años a la Olimpiada de Calvia 2004 ¿cómo la recuerda?

“Fue mi primera olimpiada y era el más joven de toda la justa, el segundo menos longevo era Magnus Carlsen. La recuerdo como una experiencia bonita porque por primera vez veía a trebejistas tan fuertes, de renombre, estrellas del ajedrez mundial, eso siempre me llena de orgullo. Analizaba mis partidas con amigos y lo hacía al lado de Alexei Shirov,Vladimir Kramniky a veces hasta me sentía intimidado. Es una fiesta que se hace cada dos años y a la que van casi siempre los mejores ajedrecistas”.

¿Qué le gusta hacer además de practicar el juego ciencia?

“Ir a beber, a bailar. En general lo que más hago es ir al cine y leer; meditar un poco, sobretodo aquí con la brisa del mar, una situación bastante acogedora. También me gusta una buena plática con cualquier persona. Me encanta el ciclismo, pero últimamente me he dedicado más al ajedrez, no se pueden hacer dos cosas bien a la vez, hay que elegir una y el ajedrez es mi pasión, lo mejor que hago”.

Admiras a Garry Kasparov ¿Por qué?

“Porque su juego es incisivo. Trasmite una energía que nadie ha igualado hasta hoy, solamente Fisher era otro de los que la trasmitía. Es uno de los mejores de la historia, no podría decir que el mejor porque en mi criterio ese es Bobby Fisher, pero Kasparov es otro monstruo. Siempre busca luchar el punto.

¿Cúal es su apertura favorita?

Depende del día pero usualmente abro con peón dama o caballo f3, trato de montarme en esquemas híbridos, ortodoxos, y fianchettear sobretodo el arfil. No me gusta para nada entrar en debates teóricos y probar quién tiene la mejor computadora o el mejor análisis. Creo que el ajedrez pierde el encanto cuando se hace eso, aunque hay jugadores que les encanta estudiar y ganar por preparación. Para mí el ajedrez es como un arte y como arte me gusta crear, para otros es ciencia y como ciencia la estudian y se preparan constantemente, es una cuestión de percepción.

¿Ha dado clases de ajedrez ¿por qué?

He estado dando muchas clases en México, sobretodo porque de algún modo hay que generar el dinero y si bien es cierto que la carrera del ajedrez es bastante sacrificada, para cobrar hay que ganar. A veces hay que hacer de todo y al final el trabajo ennoblece a la persona. Pero la enseñanza no me disgusta para nada.

¿Qué significa el Che para usted?

Fue un hombre que luchó y murió por sus ideales. Se mantuvo firme hasta el ocaso de su vida y eso es algo que hoy en día es muy difícil de encontrar. La gente ya no tiene palabra, cambia drásticamente de un momento a otro. Me encanta todo lo que lleva su nombre. Es un hombre completo de los pies a la cabeza. Era muy firme, tenía mucha convicción.

Para finalizar un mensaje para los cubanos

Que sigan así de alegres, que antes las adversidades siempre tratan de sonreír y eso es algo muy bonito.

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