De cara a la celebración de su Primera Conferencia en el país en octubre venidero andan los miembros de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (Anir).
Tras concluir la fase previa en los municipios, comenzó por Pinar del Río la etapa correspondiente a las provincias como parte de un espacio propicio para evaluar los avances e insuficiencias, además de proponer y definir nuevas acciones que contribuyan a fortalecer el funcionamiento de la Anir dentro de los sindicatos, aspecto que cobra singular importancia en el ámbito de las transformaciones que acontecen en el movimiento sindical.
Desde la base hasta la nación, el proceso previo hacia la Primera Conferencia está encaminado al debate crítico sobre temas priorizados como el papel y funcionamiento de los comités de innovadores y racionalizadores, la asamblea de asociados, los planes temáticos, el control de las innovaciones y su generalización, la remuneración y el reconocimiento oportuno a los innovadores.
No menos significativo será el análisis de la Ley 38, normativa jurídica sobre innovaciones y racionalizaciones que si bien requiere ser atemperada, también es preciso que se cumpla por las administraciones pues algunas la transgreden, la desconocen y otras, por negligencia, obstaculizan o niegan el derecho a la remuneración del autor de una innovación, lo cual constituye un freno al desempeño diario de los colectivos y a la economía.
A lo anterior hay que sumar la poca exigencia sindical a la hora encarar la representación y el reclamo de un anirista, junto al hecho de que no siempre se aprovecha la asamblea de afiliados, por ejemplo, para abordar con total justeza los problemas de la actividad innovadora.
Los aniristas tienen la palabra y la acción con la sagacidad y el ímpetu de continuar buscando soluciones a los retos que emergen en cualquier esfera del quehacer económico y social del país.
