Siempre parece que el desfile fue el más grande de todos los tiempos, y quizás lo fue. Imposible resultó contar a las personas que hicieron vibrar la plaza polivalente de la centro meridional ciudad de Cienfuegos. Pero sí puede asegurarse que fue un pueblo entero, una mar de gente unida, codo con codo.
La celebración del 1º de Mayo en la también conocida como la Perla del Sur tuvo, a mi modo de ver, una característica muy singular que la tipificó en esta ocasión: el colorido. Difícil es imaginar de dónde salieron tantas banderas, tantos colores, tantas pancartas…
Y esa singularidad, unida al entusiasmo, a la motivación y a la alegría, convirtió la jornada en una fiesta proletaria, en la que primaron los brazos en alto, las consignas y los gritos para que por el audio mencionaran el nombre del centro laboral de cada quien. Es algo irrepetible; imaginable para nosotros, inimaginable para muchos, como para los escoceses, ingleses y galeses que acompañaron a los cienfuegueros y aún no salen del asombro.
Minerva García Olivera, secretaria general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en Cienfuegos, señaló que en Cienfuegos “existen razones para la cita”. Y fielmente la población acudió a ella.
La celebración del Día del Proletariado Mundial tuvo en esa provincia un regalo especial: los afiliados al Sindicato Azucarero anunciaron que acababan de cumplir el plan de producción de azúcar correspondiente a la presente zafra. ¿Podrá haber mejor homenaje?
Desde la tribuna apreciaron la marcha Abelardo Álvarez Gil, mimbro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC); el Comandante del Ejército Rebelde Julio Camacho Aguilera; Lidia Esther Brunet, primera secretaria del PCC en Cienfuegos; Alfredo Machado López, integrante del Secretariado Ejecutivo Nacional de la CTC y presidente de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (Anir); Lina Pedraza Jiménez, ministra de Finanzas y Precios, y otros dirigentes, Héroes del Trabajo de la República de Cuba, personalidades e invitados.