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Este día todos somos uno por la Revolución.
Desde el amanecer, los cubanos han tomado las calles. La madrugada ha perdido su quietud para tornarse bulliciosa, y los primeros claros del día han revelado plazas repletas de rabajadores agrupados en sus sindicatos, junto al pueblo.
Es una fiesta, nadie lo duda, lo dicen los rostros alegres que han echado a un lado el sueño para acudir a la cita mayor; los que arrastrados por el ritmo contagioso de una conga se abren paso entre las filas siempre hacia delante; los que llevan a sus hijos para que no se pierdan la imponente belleza de aquel mar humano colorido y entusiasta y prestos responden al reclamo de: “Papi, súbeme para ver la tribuna”.
El país se estremece de un extremo a otro con el paso de todos que este día somos uno, para luchar por el presente, para preparar el futuro, para ratificar la decisión colectiva de construir, a nuestro modo, sin nadie que nos diga lo que tenemos que hacer, una nación a tono con los tiempos, más justa, más socialista.
Es día de júbilo y compromiso, en que todos, en calles y plazas, bajo un cielo de intenso azul, entre cantos, consignas y banderas, en marcha indetenible, somos la Revolución.
Acerca del autor
Graduada de Periodismo. Subdirector Editorial del Periódico Trabajadores desde el …
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